El Pasado 22 de noviembre de 2024, se conmemoraron 450 años desde la entrega y bendición del Santísimo Cristo de Burgos, una de las joyas artísticas y devocionales de la Semana Santa sevillana. Este crucificado, tallado por el insigne escultor Juan Bautista Vázquez «El Viejo», es la imagen documentada más antigua relacionada con las cofradías de la ciudad.
El Origen de la Obra
El encargo, fechado el 18 de noviembre de 1573, estipulaba que la talla debía representar un crucificado con una corona de espinas, cabellos largos y un paño en el cuerpo, inspirado en el Cristo de San Agustín. La obra fue concluida el 22 de noviembre de 1574 y destinada a presidir la capilla funeraria del Licenciado Juan de Castañeda en la parroquia de San Pedro.
El costo de la imagen ascendió a 50 ducados, y la policromía fue realizada por Juan de Zamora, suegro del escultor. El crucificado mide ocho palmos y medio de vara (aproximadamente 1.80 metros), en correspondencia con lo estipulado en el contrato.
Historia y Devoción
El Santísimo Cristo de Burgos fue testigo de las primeras formas de vía crucis, como el camino primitivo a la Cruz del Campo, que marcaron los inicios de las procesiones en Sevilla. Su presencia fue constante en rogativas por sequías, epidemias y conflictos, como la procesión a la Catedral en 1809 durante la guerra contra los franceses.
En 1830, Francisco Gil y Narcisa Arias, feligreses de San Pedro, habilitaron una capilla bajo la torre de la parroquia para facilitar su culto. A finales del siglo XIX y principios del XX, la imagen fue sometida a modificaciones por los escultores Manuel Gutiérrez-Reyes Cano y José Ordóñez Rodríguez, que incluyeron cambios en el sudario, la peluca y posiblemente nuevas policromías.
Una Talla Fundamental de la Semana Santa Sevillana
Hoy, el Santísimo Cristo de Burgos no solo destaca por su belleza artística y su influencia en la escuela escultórica sevillana, sino también como un símbolo de la fe y la historia cofrade de Sevilla. Su veneración continúa siendo un testimonio del fervor que ha perdurado a lo largo de los siglos, consolidándolo como una pieza clave del patrimonio religioso de la ciudad.
El aniversario reafirma la trascendencia de esta talla, vinculada profundamente a la identidad de la Semana Santa de Sevilla.