La histórica devoción hispalense avanza en su camino hacia la coronación, anunciada durante la Función Principal de este domingo en la parroquia de la Magdalena
La Hermandad de Nuestra Señora del Amparo, patrona de la feligresía de la Magdalena, ha recibido una gran noticia para la devoción de Sevilla: la autoridad eclesiástica ha aprobado el inicio de los trámites para la coronación canónica de esta venerada imagen mariana. El anuncio fue realizado este domingo por el párroco Francisco Román durante la Función Principal de Instituto, marcando un momento histórico para la cofradía y sus fieles.
Este proceso de coronación canónica, que ahora cuenta con la aprobación inicial de la Iglesia, llevará a la hermandad a comenzar el expediente necesario para presentarlo ante el Palacio Arzobispal. El acto que se avecina es un reconocimiento a siglos de devoción y simbolismo, que desde el siglo XVI han convertido a la Virgen del Amparo en un pilar espiritual de Sevilla y en una figura de referencia para la religiosidad popular en el ámbito local e internacional.
Hacia la Coronación en 2026-2027
Se espera que, de acuerdo con los planes de la hermandad, la coronación canónica pueda materializarse en el horizonte de 2026-2027. Para ello, los hermanos de la cofradía están convocados a un cabildo general extraordinario el próximo 27 de enero, donde se tratarán los detalles esenciales para avanzar con este proyecto. La coronación canónica representa un acto de justicia y devoción hacia una imagen que desde hace siglos ha cautivado a generaciones de hispalenses y visitantes.
Historia y Devoción: La Imagen de la Virgen del Amparo
La Virgen del Amparo, cuya hermandad se fundó en 1736 en torno a su devoción, se venera en la parroquia de la Magdalena y es atribuida al escultor flamenco Roque de Balduque. Esta imagen, una obra del siglo XVI, es reconocida por su belleza y por los numerosos milagros atribuidos a su intercesión. La Virgen del Amparo, de pie, sostiene al Niño Jesús en su brazo izquierdo y viste una túnica jacinto y manto azul estofado. En sus ropajes, decorados con detalles dorados y florales, resalta el uso del oro y las finas texturas que aportan un aire solemne y majestuoso a esta figura religiosa.
La imagen ha sido restaurada en distintas ocasiones para conservar su integridad artística y su valor patrimonial. La primera restauración importante se llevó a cabo entre 1986 y 1987 por el restaurador José Rodríguez Rivero Carrera, mientras que en 2015 fue sometida a una limpieza por Almudena Fernández García y José J. Fijo León.
Orígenes de la Devoción y el Título de “Amparo”
La devoción a Nuestra Señora del Amparo se remonta al siglo XVI, cuando el arzobispo Fernando de Valdés fundó la institución “Amparo de María Santísima y San José” con el propósito de proteger a los niños expósitos de la época. Este acto de caridad y misericordia contribuyó al título de «Amparo» de la Virgen, que simboliza la protección y el auxilio divino. La devoción se consolidó aún más cuando el Papa Alejandro VII (1655-1667) instituyó la fiesta del “Patrocinio de Nuestra Señora”, y posteriormente, Benedicto XIII (1724-1730) la extendió a toda la cristiandad.
La Virgen del Amparo y Sus Devotos Ilustres
A lo largo de su historia, la Virgen del Amparo ha recibido el cariño y devoción de importantes figuras eclesiásticas y nobles, entre quienes destacan el arzobispo Jaime de Palafox y Cardona en el siglo XVII y los duques de Montpensier en el siglo XIX. Asimismo, durante el siglo XX, la devoción se mantuvo viva entre miembros de la realeza como la Infanta Luisa de Orleans y su hijo, el príncipe Carlos de Borbón.
La Hermandad de Nuestra Señora del Amparo se creó en 1735 en la parroquia de Santa María Magdalena con el objetivo de rendir culto a la Virgen. Sus Reglas fueron aprobadas oficialmente el 22 de diciembre de 1736, convirtiéndose en un referente para las hermandades letíficas de la ciudad.