En la noche del 28 de mayo quedaba presentado el cartel del 75 aniversario fundacional de nuestra Hermandad. En un acto transcurrido en el templo de San Agustín y en el que se vivieron emocionantes momentos, la obra del artista sevillano Fernando Vaquero veía la luz tras meses de trabajo. Un cartel que recoge a nuestra Madre del Consuelo con el Señor de la Redención sobre su regazo en un extraordinario tríptico de grandes dimensiones. En el mismo se recorre la vida de Jesús en torno a su Madre y en palabras de su autor, podemos conocerlo más a fondo;
“Ha sido un largo camino lleno de curvas, cuestas, marchas adelante y hacia atrás, dejando cosas en el camino y cogiendo otras que me he ido encontrando mientras lo recorría”.
Antes incluso de saber qué es lo que iba a pintar yo ya me propuse 4 elementos que quería que apareciesen en el mismo:
Por un lado quería que en el cartel apareciesen los dos titulares por otro lado esta Hermandad, aunque solo tiene 75 años, pareciera que tiene ya 200 o 300, es decir es una hermandad moderna pero que tiene ese aire del pasado que a mi tanto me gusta, eso mismo quería que apareciera mi cartel: que aun siendo moderno pareciera ser antiguo, para ello pensé en la idea de hacer un tríptico, un formato muy frecuente en el pasado e infrecuente en la actualidad, incluso me apetecía recurrir a la técnica del trampantojo, que para aquel que no lo sepa, es una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos de fingimiento. La palabra trampantojo, que significa trampa ante el ojo, la he usado en los tres marcos del tríptico porque en realidad aquí no hay marcos físicos, el marco está también pintado, al igual que la sombra que generaría ese marco, es una ilusión óptica. Se trata de un tríptico en óleo sobre tabla de 240 x 120 cm. realizado al modo de los antiguos maestros holandeses.
A mi amigo el periodista Cristobal Cervantes le pregunté qué elemento no podría faltar en un cartel para Almería y me dijo que el agua, por lo tanto el agua debía aparecer de una u otra manera en el mismo y por último se me comunicó que seguramente el destino final de la obra sería el ser colgada en la propia iglesia, por lo tanto me propuse como fin que fuera un cartel para rezarle, un cartel que tuviese unción sagrada.
Con estos 4 elementos en mis alforjas eché a andar, a hacer bocetos, a buscar elementos, muchos elementos. He leído todo sobre el Silencio, he visto todo, a tanto ha llegado mi búsqueda de elementos que hasta me han enviado a Sevilla una túnica del Silencio, he llegado a ponerme esa túnica para ver qué se sentía tras ese antifaz.
Pero un día llegó a mi cabeza la pregunta y esa pregunta fue la chispa que generó todo este cartel: No es frecuente ver una dolorosa con los ojos cerrados. Mirando una antigua foto de la Virgen yo me pregunté: ¿Por qué esta Virgen cierra los ojos? ¿Qué sentido tiene que mientras llora cierre los ojos? y en las 2 respuestas a esa pregunta encontré el sentido de la escena de mi cartel.
Vamos con la primera de esas respuestas: En primer lugar la Virgen acaba de vivir algo que ninguna madre debiera vivir: el ver morir a un hijo y al verlo muerto le parece mentira que ese cuerpo sea el de aquel niño al que ella acunaba en Belén o en la huida a Egipto, el que creció en sus brazos convirtiéndose en aquel hombre que hacía milagros. Aquel que anduvo en la mar. Treinta y tres años llenos de momentos alegres, pero desgraciadamente, también de momentos tristes como los que aparecen en mi tríptico, a la derecha de Ella: sus alegrías, a la izquierda sus penas. La Virgen cierra los ojos porque está echando la vista atrás, está recordando y ¿Qué hacemos cuando intentamos recordar algo? cerramos los ojos.
Pero hay otro sentido a esos ojos cerrados y es la aceptación. Piensen en la escena de la Anunciación, en el cuadro de Fra Angelico por ejemplo. Ella está aceptando aquello que una mañana en Nazaret escuchó de boca de un ángel y a lo que ella respondió: he aquí la esclava del Señor. Les invito a que busquen escenas de la Anunciación en cuadros y se encontrarán con un semblante muy parecido a este: cabeza baja y ojos cerrados: es el gesto de la aceptación: he aquí tu sierva, hágase en mi según tu palabra, Ella está aceptando lo que se le pidió, aceptando la voluntad del Dios. Por esa razón he pintado ángeles, como recuerdo de aquella Anunciación y aceptación: he aquí que tendrás un hijo al que pondrás por nombre Jesús. Ella es la verdadera protagonista de la obra, la he pintado extendiendo su manto sobre todos nosotros para representar el significado de su nombre: Consuelo.
Pero como una imagen vale mas que mil palabras , si quieren entender todo lo que acabo de explicar vean este video:»