Dos efemérides de Santa María del Silencio ‘silenciadas’ por el Covid

La Dolorosa sedente de El Santo Sepulcro de Jaén cierra 2020 sin procesión pero con el ‘desagravio’ de un valioso regalo que se suma a su tesoro indumentario

El año 2020 dejó Jaén sin procesiones la pasada Semana Santa (Jaén y lo que no es Jaén), una tragedia sentimental que, unida a las terribles consecuencias del coronavirus, todavía pesa en el aire de la ciudad. 

Entre esos cortejos que no pudieron tocar calle, el de El Santo Sepulcro y, de su maravilloso repertorio imaginero, Santa María del Silencio, que se quedó también sin celebrar a cielo abierto un par de efemérides dignas de mención, vaya que sí.

A falta de datos fehacientes sobre la fecha de su talla, lo que sí aclaran los documentos es que la hermosísima Dolorosa sedente de la insigne y real congregación servita fue ‘bautizada’ el 9 de junio de 2020 con esa advocación hondísima que ha calado tanto en el mundo cofrade de aquí, como si se llamase así, del Silencio, desde tiempos inmemoriales. Dos décadas resumiendo la tristeza de la tarde del Viernes Santo a los pies del prodigioso Calvario atribuido (solo atribuido) a Solís.

La otra fecha destacable remite a septiembre de 1990, cuando la Virgen procedente de la casa condal de Humanes pasó por las delicadas manos de la restauradora María José López de la Casa. Treinta largos años después, la Señora de dieciochescos rasgos hermosea el dolor con la nobleza de su llanto.

NUEVA SAYA 

“Desde la Junta de Gobierno transmitimos nuestro agradecimiento por esta donación, que enriquece el patrimonio textil de nuestra querida titular mariana, así como la muestra del cariño y amor de los cofrades y devotos hacia Ella”.

Con estas palabras expresa su gratitud la cofradía que gobierna Ascensión Cárdenas a los hermanos donantes de la nueva saya labrada por Juan Carlos Colmenero para Santa María del Silencio. 

Una pieza que, en palabras de su autor, consta de “corpiño, mangas, manguitos, peto, cinturilla y falda, todo ello en terciopelo de algodón negro, siguiendo dibujo original de estilo decimonónico, con parte irregular en el centro, a base de flores y hojas carnosas, tallos, estambres, caracoles…”.

“Se ha ejecutado en técnica de recorte enriquecido en oro, intercalando algunos elementos y detalles en tonos polícromos. Para la labor se ha utilizado gran variedad de materiales (diversos tisúes, hilos de distinta variedad, lentejuelas, canutillos, cordones, casquillas, pedrería… ). Tanto la falda como las mangas están perimetradas por una cenefa o greca geométrica”, detalla Colmenero.

Todo un ‘desagravio’ hacia esta discretísima imagen apenas concluido el año que, por culpa de la pandemia, dejó la capital del Santo Reino sin posibilidades de admirarla y celebrar con ella, en la calle, su nombre y su belleza.

lacontradejaen

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