El Corpus de Cádiz 2022: ¡Qué disparate!

Será por el hecho de estar tan al sur, pero Cádiz definitivamente parece haber perdido el norte. El mazazo que esta semana le ha propinado el Ayuntamiento a la celebración del Corpus refleja un preocupante signo de decadencia de la ciudad, un alarmante pasotismo de la sociedad y un desilusionante horizonte; al margen de otras actitudes y acciones que ni siquiera tienen definición. Todo lo que rodea al aplazamiento del Carnaval y a la coincidencia del domingo de piñata con el Corpus es para echarse las manos a la cabeza.

En primer lugar, por el Ayuntamiento. ¡Ay, el Ayuntamiento! Cuando uno piensa que no cabe ya más espacio para la sorpresa, más capacidad de asombro, llega el Ayuntamiento y planta el domingo de piñata en pleno Corpus. Y el segundo sábado de Carnaval, por tanto, en las vísperas de montaje de altares, de alfombras de sales y de traslado de la Patrona. Un auténtico despropósitoDice la concejala de Fiestas que el Ayuntamiento lo tiene todo controlado y previsto para que Carnaval y Corpus puedan convivir; pero en una ciudad que blinda los jardines, tapa las fuentes de San Juan de Dios o esconde una gasolinera (la de las murallas de San Roque) en un gran cajón de madera cada vez que llega febrero es difícil imaginar que en 2022 pueda mantenerse instalado un altar toda la noche del sábado segundo de Carnaval, o que a primera hora de la mañana del domingo pueda trasladarse el señor de La Cena con el personal regresando de la carpa.

La sensación real es que en el Ayuntamiento no tenían controlada la fecha del Corpus. Se les ha ido. No han caído, lo cual es grave teniendo en cuenta que es uno de los menesteres de la concejalía de Fiestas, con su concejala, sus técnicos y sus asesores. Porque si se trata de algo meditado, como defienden (lo cual resulta extraño por ese celo respetuoso hacia la Semana Santa e incluso hacia el Rocío que se celebra a 185 kilómetros de Cádiz en contra de la ligereza con la que han tratado al Corpus, que sí es una fiesta con arraigo en la ciudad), es incomprensible que el Ayuntamiento disponga de esa celebración sin hablar antes con el Cabildo Catedral y el Consejo.

Pero si lo de San Juan de Dios es difícil de digerir, lo que ha ocurrido en el otro lado de la sartén clama al cielo (nunca mejor dicho). Lo que debiera haber sido una reacción contundente e inminente de los afectados por la decisión municipal ha quedado en un difuso comunicado del Cabildo y el Consejo. Cómo será la cosa, que la mejor defensa de los intereses del Corpus la ha realizado Martínez Ares, que no es sospechoso de ir trajeado en la procesión eucarística ni ser uno de los doce hombres de Reyero que conducen la Custodia por las calles.

Lejos de levantar la voz y ocupar el sitio que por derecho propio le corresponde a la Iglesia y a las cofradías en la sociedad gaditana, el anuncio realizado el martes por el Ayuntamiento derivó en 48 horas de auténtico despropósito, en las que algunos lumbreras han planteado la celebración de un Corpus por el interior de la Catedral por tercer año consecutivo (para no ‘molestar’ al Carnaval), un traslado de la fecha del Corpus (así, a la ligera) o una celebración del Corpus ¡en extramuros!

Ante este atropello a una fiesta tradicional, contundentemente asentada en el calendario de la ciudad, asumida por el Ayuntamiento y afectada por la pandemia en los dos últimos años, muchos de los perjudicados no han escondido el miedo a protestar. Mejor nos callamos, no se vaya a molestar nadie; o, peor, no vayan a tocar las subvenciones por enfado en el Consistorio. Y al Corpus, que le vayan dando, que ya vendrá 2023 para sacarlo.

Uno mira al Ayuntamiento y tiembla con sus ocurrencias carnavalescas. Pero es que echa la vista al otro lado, y el escenario es de auténtico cuplé. O de pasodoble de pañuelo en mano. Un auténtico disparate todo.

DiariodeCadiz

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