Obispo de la diócesis de Guadix, Francisco Jesús Orozco Mengíbar, ha decretado la suspensión de las procesiones de Semana Santa y todos los actos que suelen organizar las parroquias, cofradías y hermandades.
La decisión tiene como base «las circunstancias graves de pandemia universal que vivimos y que se han agudizado en esta tercera ola de Covid-19, nos hacen estar muy atentos al cumplimiento estricto de las normas socio-sanitarias y restricciones de movilidad, así como a las convocatorias públicas con limitaciones de aforo».javascript:false
El Francisco Jesús Orozco, incide que «a pesar de la vacunación iniciada en nuestra Diócesis como en el resto de España, no se prevé en los próximos meses un cambio significativo de la situación».
«Estando cercano el tiempo de Cuaresma y la Semana Santa, oídos el Vicario General, miembros del gobierno diocesano, los presidentes de las Federaciones de Hermandades y Cofradías de la Diócesis, así como al Delegado Episcopal de Piedad Popular, en uso de mi potestad ordinaria, promulgo por decreto que quedan suspendidos todos los actos y celebraciones organizados por parroquias, Hermandades y Cofradías, asociaciones de fieles u otros grupos eclesiales que, tengan carácter de culto externo, y en general todos aquellos en los que se haga uso de la vía pública, hasta nuevas disposiciones al respecto».
Las procesiones y Estaciones de Penitencia, de acuerdo con los consiliarios y párrocos, podrán ser sustituidas por actos litúrgicos y de devoción en las sedes canónicas como en los lugares de culto, siguiendo los subsidios preparados por la autoridad competente, observando siempre la normativa y disposición sanitaria vigente.
Respecto a los cultos internos, establecidos en las reglas de Hermandades y Cofradías y demás asociaciones de fieles, se podrán celebrar según los protocolos socio-sanitarios y aforos, decretados por las autoridades competentes.
En cuanto a la convocatoria y celebración de Cabildos Generales, procesos electorales y otros actos internos de las Hermandades y Cofradías, se confía a la responsabilidad de consiliarios y hermanos mayores, siempre en diálogo con la Delegación Episcopal de Hermandades y Cofradías.