El 75 aniversario fundacional de la Hermandad del Silencio será difícil de olvidar para sus hermanos y para gran parte del mundo cofrade almeriense. No ya por el programa de actos con el que la corporación del Jueves Santo celebra la efeméride (y que culminará el próximo mes de mayo con una procesión extraordinaria de la Virgen del Consuelo), sino también por el inesperado regalo que la coincidencia ha hecho llegar en pleno tramo final del aniversario: la restauración del Cristo de la Redención y de tres de las imágenes secundarias del misterio del Descendimiento.
Había cierta preocupación en la Hermandad por el estado de conservación del titular cristífero del Silencio, obra de Eduardo Espinosa Cuadros a mediados de la década de los años 40 del siglo pasado: “Hacía tiempo que se venían observando graves deterioros estructurales con el movimiento de ensambles sobre todo en brazos, espalda y torso. La posición en la que suele figurar el Señor y el escorzo contribuían a que las tensiones generadas y los materiales empleados en anteriores intervenciones agravaran la situación”, explicaba la propia Hermandad del Silencio a través de un comunicado.
Más allá de estos daños estructurales, los problemas de la policromía del Señor “había tornado a una tonalidad parduzca que desvirtuaba sus valores escultóricos”. Y lo mismo sucedía con las imágenes de María Santísima de la Piedad, Santa María Magdalena y María de Cleofás: tanto a nivel estructural como en su policromía sufrían daños que hacían urgente la intervención de las imágenes que componen el misterio del Descendimiento.
La restauración
Alarmados por el estado de conservación de las imágenes, en el Silencio iniciaron los trámites necesarios para llevar a cabo los trabajos necesarios, que fueron realizados por Enrique Salvo Rabasco, Licenciado en Historia del Arte y Titulado Superior en Restauración de Bienes Culturales.
“El oscurecimiento de la capa pictórica y la pérdida de matices era algo, a todas luces, evidente, aunque era sólo la punta del iceberg de una gran cantidad de problemáticas que hubo que subsanar”, explican desde la Hermandad del Silencio.
Tras llevar a cabo los análisis pertinentes, se comenzó a trabajar en las cuatro imágenes restauradas. “Bajo la capa de pintura pudimos constatar la existencia del tono base con ciertos matices sobre el que poder actuar para devolver al Señor unas cualidades pictóricas que realzaran y complementaran su anatomía e iconografía”, detallan desde la hermandad con sede en San Agustín.
“Concluida la limpieza se procedió a consolidar los desperfectos estructurales, siendo éstos más graves en brazos y espalda (entorno de la zona de anclaje) mediante el uso de diversos consolidantes específicos de restauración. Basados los resultados obtenidos y estabilizada estructuralmente la imagen, se procedió a la configuración cromática de la obra mediante la aplicación de sucesivas capas que permitieran su adecuación a la iconografía representada, así como una perfecta estabilidad de acabados”, explican.
Así las cosas, el pasado sábado las imágenes fueron repuestas al culto en el templo parroquial de San Agustín, con una veneración que llamó a gran parte de la Almería cofrade para contemplar el nuevo color que lucen tanto el Cristo de la Redención como tres de las imágenes que lo acompañan cada Jueves Santo en su estación de penitencia desde la Rambla Alfareros hacia la Catedral de Almería.
Ahora, el aniversario del Silencio tiene más luz y un nuevo color gracias a esta restauración.
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