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Hace un año, estaba prevista la presentación del que tendría que haber sido uno de los grandes estrenos de la Semana Santa del año pasado: la reforma del trono de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Sin embargo, la crisis sanitaria y social por la pandemia del coronavirus explotó justo ese fin de semana de la aciaga primavera del pasado ejercicio, marcada por un estricto confinamiento domiciliario que frustró los planes y las ilusiones de millones de personas, entre ellas los cofrades. Un año después, la cofradía del Señor de Málaga ha querido quitarse ese mal sabor y ha desvelado el ‘secreto’ que durante un año ha custodiado en su casa hermandad: un remozado trono que cambiará la imagen del Cautivo en su salida procesional de cada Lunes Santo.
La actuación ha consistido en adecuar el cajillo que Manuel Seco Velasco realizó en 1953 a las dimensiones de un trono de ocho varales, que adquirió tal anchura en los primeros años de la década de los ochenta sin que se llevara a cabo una adecuada transición de proporciones entre la base de caoba y orfebrería sobre la que se asienta la imagen de José Martín Simón y la bandeja inferior que sustentan los ocho varales. Esta cuestión se ha solucionado, tres décadas después, aplicando al cajillo original una nueva base de la misma línea estética de madera y orfebrería, y siguiendo la misma planta, que lo realza y de este modo el trono gana en equilibrio y altura.
El resultado de este proyecto, con diseño de Salvador de los Reyes, ha sido presentado este domingo en la casa hermandad del Cautivo, en un acto a puerta cerrada, con acceso por invitación, si bien podrá ser contemplado por el público en general los próximos lunes, martes y miércoles, de 16 a 20 horas. En el trabajo han participado el carpintero Enrique Gonzálvez y los orfebres sevillanos Delgado López, así como Antonio Cabra, que ha realizado una nueva estructura metálica más ligera para el trono y Alberto Berdugo, que ha ejecutado un nuevo monte, en el que la imagen de Jesús Cautivo irá diez centímetros más alta y ubicada en el centro geométrico del trono. Asimismo, Berdugo ha perfeccionado el tablero interior del moldurón para poder proceder al montaje del trono en la nueva mesa.
El diseñador Salvador de los Reyes ha explicado que con la ampliación a ocho varales en los años ochenta, el trono perdió en proporción. «Se le puso una crestería seriada y se intentó arreglar con un moldurón de claveles. Al trono había que ponerlo en valor pero sin tocar el cajillo. Es un pedestal maravilloso para el Señor. Con el baquetón que se le ha añadido se ha enaltecido el cajillo pero sin perder la esencia de Seco Velasco», ha destacado.
Por su parte, José Delgado, taller de orfebrería Hermanos Delgado, ha afirmardo en el acto que su labor «ha sido un privilegio por ser para quien es y porque Seco aquí dejó una impronta tremenda de la que han bebido todos los orfebres de nuestra época. Es un trabajo que sigue toda la línea del maestro, no rompe la estilística, no se notan las dos manos. Le hemos puesto mucha pasión».
«Ha sido un privilegio hacer esta obra, desde el primer momento vi claro lo que se quería hacer. Hemos igualado el color del barnizado con lo antiguo para que no se note la ampliación», ha apuntado el carpintero Enrique Gonzálvez en el acto, conducido por José Luis Ramos y al que han asistido la concejala de Fiestas, Teresa Porras, y la del distrito Centro, Gemma del Corral.
El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, ha remarcado que se ha pretendido ennoblecer el trabajo de Seco Velasco. «Nunca se nos pasó por la cabeza sustituir el trono por uno nuevo», ha aclarado. «Los Hermanos Delgado ha mejorado algo que ya era bueno», ha subrayado Castillo, quien ha confesado que «tenemos un sentimiento contradictorio: la alegría por ver este proyecto terminado, pero la tristeza porque habrá que esperar a que salga a la calle. Llegará el momento de verlo en la procesión».