La excepcional representación artística de la Pasión de Cristo hacen de este lienzo un auténtico pasaje bíblico que retrotrae al espectador 2000 años atrás.
El emocionante encuentro del Señor con la Santísima Virgen María impregna una escena cargada de teatralidad, sufrimiento y resignación; pero también del amor mutuo de madre e hijo.
Nuria Barrera iniciaba así la explicación de este excepcional cartel: «Y todo se conjuga en una escenografía preciosa donde no falta ningún detalle: Simón de Cirene ayudando a llevar la cruz, el romano dirigiendo a Cristo, el cielo azul (característico en las obras de la autora) cargado de nubes e iluminado por la luna o la luz ténue del atardecer. Todo se completa en esta esplendorosa pintura».
La artista continuaba su hermosa alocución indicando que “En la subida al Calvario Jesús encuentra a su madre. Sus miradas se cruzan. Se comprenden. María sabe quién es su Hijo. Sabe de dónde viene. Sabe cuál es su misión. María sabe que es su madre. Lo ve sufrir, por todos los hombres, de ayer, hoy y mañana. Y sufre también ella.”
Seguidamente, Barrera se dirigía a la Agrupación de Hermandades y Cofradías para hacerles saber el honor que suponía para ella esté encargo: «Es para mí un honor estar hoy en esta ciudad de Motril para anunciar en pinceladas la semana, para mí, más hermosa, la Semana Santa 2022. Fechas que este año viviremos de manera muy especial debido a las circunstancias que nos está tocando vivir con esta pandemia», dijo la cartelista.
«He querido con esta obra, proseguía Nuria Barrera, introducir al espectador en un momento de la Pasión con testa escena que protagoniza la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, obra de Domingo Sánchez Mesa, que camino del Calvario se encuentra con su madre y ayudado por Simón con el peso de la cruz».
La pintora revelaba también que «con una paleta sobria, íntima, que unifica, en la que la luz nos lleva a la figura de Cristo unida a ese perfil de María Santísima en su Mayor Dolor, realzando ese vínculo entre madre e hijo, momento que nos invita al recogimiento, a la reflexión y oración».
La autora define a continuación su trabajo como «un cartel que anuncia lo que ha de venir, nos prepara para vivir intensamente esa semana en la que nos aferraremos a ese dulce rostro que a pesar del sufrimiento es fuente de esperanza, refugio y consuelo que alimenta nuestra Fe».
Barrera culminaba «esperando llegar con esta obra a todos los cofrades motrileños, dejando a través de ella un poquito de mí para siempre aquí».
Un rotundo aplauso siguió al discurso de Nuria Barrera al igual que se produjo en el descubrimiento de un cartel que quedará grabado en la memoria y el corazón de los cofrades de Motril.
