«Nada de lo que aquí se representa tiene que ver con esa parte de la ciudad que entiendo que no termina de enterarse de lo que está ocurriendo en el tiempo que nos ha tocado sufrir». Así comenzó Ricardo Suárez el discurso de presentación del cartel del Vía Crucis de las Hermandades, que protagonizará el Cristo de la Corona el lunes 22 de febrero en el interior de la Catedral. Suárez explicó en el acto celebrado en las caballerizas de la Casa Pilatos que esta obra, que anuncia el único culto público del año con una imagen procesional, «pretende estar alejada de toda sensiblería estética, del manoseado virtuosismo técnico cuyo resultado es el estilo remordimiento-drama-cartel muy del gusto de aquellos que en el terreno de la Semana Santa giran en torno al bandismo, al kostalfitness y al échate para allá que ahora me toca a mi, grandes males que contribuyen a disfrutar, gozar y experimentar una Semana Santa sin Dios».
Una idea que profundizó detallando que «este cartel pretende ser una imagen simbólica puesta al servicio de los fieles, un retablo donde el espectador pueda reflexionar con Dios a través del ejercicio del Vía Crucis». En la obra se alude a las catorce estaciones representadas en la imagen del Cristo de la Corona. «Catorce secuencias de cómo abrazar la cruz como camino para la redención, donde el predominio del color nos lleva a las tonalidades de naranjas que se aprecian en el patio de la antigua mezquita Aljama las tardes de Viernes de Dolores», tal como explicó el pintor sevillano. Esta obra «pretende, quiere e intenta estar alejada de la Sevilla de pregones vacíos repletos de melaza y escasa literatura, de recaudación de sillas y palcos, de instituciones vacías y sin compromiso, más preocupadas en frivolidades que en la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo», matizó de forma crítica Suárez.
A las palabras del autor se unieron las de otros asistentes al acto, en el que estuvieron presentes medio centenar de personas. El periodista Víctor García-Rayo fue el conductor del acto en el que «Ricardo Suárez escribe una nueva página de su hermosa trayectoria artística». Y trasladó un mensaje de parte de la corporación del Viernes de Dolores: «Sencillez y profundidad moral». Precisamente el hermano mayor de la Corona, Alejandro Mateos, también tomó la palabra. Resaltó el «día histórico» de dicha presentación y e hizo un repaso por la historia de la hermandad. «Somos pocos pero auténticos», expresó Mateos, que reiteró el compromiso de la corporación que lidera con «el acompañamiento de ancianos y el sostenimiento de familias desfavorecidas». También agradeció a la Casa Ducal de Medinaceli la calurosa acogida para este acto y la «estrecha vinculación» entre ambas instituciones.
El director de la Fundación de la Casa Ducal de Medinaceli, Juan Manuel Albendea, confirmó esa amistad y viajó al pasado por partida doble. Primero recordó que el Vía Crucis de la Pía Unión fue uno de los últimos actos públicos de la cuaresma de 2020. Por ello, obsequió a los presentes con un libro dedicado a dicha celebración y al 500 aniversario del viaje a Jerusalén de Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa. Aquella visita fue el origen del Vía Crucis de la Cruz del Campo, origen a su vez de la Semana Santa de Sevilla. Tanto el tradicional Vía Crucis de la Casa Pilatos como los desfiles procesionales no se producirán este año, pero sí el Vía Crucis de las Hermandades.
El anuncio de este culto religioso, el cartel de Ricardo Suárez, está patrocinado por el bufete de abogados Élite Legal, representado por José Manuel Carrión en el acto. Carrión destacó el «renacentismo del mecenazgo» y el «honor» que ha supuesto contribuir con la obra de Suárez. Un cartel que fue alabado por los representantes políticos en el acto. Juan Carlos Cabrera, concejal de Fiestas Mayores del Ayuntamiento, afirmó que el artista «ha sabido plasmar el Vía Crucis» y que «aporta mucho a la ciudad». Además, agradeció las numerosas muestras de cariño que ha recibido en los últimos días a raíz de que contrajera el coronavirus. La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, además de alegrarse por la vuelta de Cabrera a la vida pública, loó también la imagen: «Es un espléndido cartel que tiene un delicioso vínculo entre lo antiguo y lo contemporáneo».