La historia de Nuestro Padre Jesús del Rescate, una de las devociones más singulares de Málaga, se remonta al siglo XVII y está rodeada de un aura de milagro, fe y simbolismo. Su advocación está íntimamente ligada a la labor redentora de los Trinitarios Descalzos, quienes se dedicaban a rescatar cautivos cristianos en tierras musulmanas. El relato legendario que da origen a esta imagen nazarena es uno de los más emocionantes del patrimonio devocional andaluz.
La toma de La Mamora y el inicio de la leyenda
Corría el año 1682 cuando la ciudad de La Mamora, en la costa atlántica del actual Marruecos —hoy conocida como Mehdía— cayó en manos del sultán Muley Ismail. Durante el asedio y conquista, no solo fueron capturados numerosos cristianos, sino también varias imágenes religiosas. Entre ellas, se encontraba una imagen de Jesús Nazareno, que fue trasladada a Mequinez, la capital del imperio del sultán.
Lejos de recibir un trato digno, la imagen fue arrastrada por las calles como gesto de desprecio hacia el cristianismo, convertida en objeto de burla y escarnio público. Terminó abandonada en un muladar, un vertedero, donde su destino parecía sellado.
Fray Pedro de los Ángeles y el rescate milagroso
Fue entonces cuando intervino el padre trinitario Fray Pedro de los Ángeles, quien, al conocer la situación de la imagen, se dirigió al propio Muley Ismail y pidió su rescate como si de un ser humano se tratara. El sultán, sorprendido por el fervor del religioso, aceptó la petición con una condición: el fraile debía pagar su peso en oro. De no hacerlo, tanto él como la talla serían quemados públicamente.
El trinitario aceptó el reto y preparó una balanza para cumplir con la demanda. Sin embargo, ocurrió lo inesperado: cuando colocaron la imagen del Nazareno en uno de los platillos, tan solo fueron necesarias treinta monedas de oro para equilibrar la balanza. Aquella cifra —la misma por la que Judas Iscariote vendió a Cristo— causó un gran impacto entre los presentes.
Intentaron repetir la operación varias veces, cambiando las monedas, las pesas y la posición, pero el resultado siempre era el mismo: el peso de Jesús del Rescate equivalía a treinta monedas.
De Marruecos a Málaga: una devoción viva
La imagen fue finalmente liberada y trasladada a España, donde los Trinitarios la llevaron a Málaga, estableciendo así el culto a Nuestro Padre Jesús del Rescate. Desde entonces, la devoción ha crecido con fuerza, convirtiéndose en una de las advocaciones más queridas de la ciudad, especialmente vinculada al Lunes Santo, día en que la imagen procesiona en Semana Santa.