La ciudad califal se prepara para un evento histórico en su calendario cofrade: la primera salida extraordinaria del año, protagonizada por María Santísima de la Candelaria, quien será el centro de un conjunto de actos solemnes y emotivos que celebran el 50 aniversario de la reorganización de la Hermandad del Huerto, fundada en 1975.
Un programa cargado de devoción y solemnidad
El evento comenzará el próximo 31 de enero, cuando la Virgen será trasladada en un rosario vespertino hacia la Santa Iglesia Catedral. Este traslado, que tendrá lugar tras la misa del segundo día del triduo en su honor, se realizará bajo un ambiente de recogimiento y solemnidad, con el acompañamiento musical de la Capilla Ars Sacra y la Virgen portada sobre una parihuela.
El momento culminante llegará el 1 de febrero, jornada en la que se celebrará una Solemne Misa de Fundación en la Catedral, coincidiendo con la víspera de la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo. Posteriormente, María Santísima de la Candelaria regresará en procesión extraordinaria triunfal a su sede canónica, la iglesia de San Francisco y San Eulogio. Durante el trayecto, la Virgen estará entronizada en su paso de palio, que estrenará el bordado completo de sus bambalinas, presentado recientemente en un acto lleno de admiración y orgullo.
El acompañamiento musical de esta procesión estará a cargo de la Banda de Música Tubamirum, de Cañete de las Torres, habitual de la Virgen durante su salida el Domingo de Ramos. La jornada culminará el 2 de febrero, día de la onomástica de la Virgen, con su exposición en besamanos, permitiendo a los fieles expresar su devoción de cerca.
La belleza singular de María Santísima de la Candelaria
La Virgen de la Candelaria es una talla de candelero, obra del escultor cordobés Antonio Rubio, realizada en 1974. Desde entonces, ha ocupado un lugar central en la vida de la Hermandad del Huerto, sustituyendo a la antigua Virgen de los Dolores Gozosos. Rubio se inspiró en los cánones de la dolorosa neobarroca, dotando a la Virgen de características únicas:
- Rasgos castizos propios de la mujer cordobesa, con influencias del estilo de Julio Romero de Torres.
- Expresividad emocional, plasmada en unos ojos y boca que transmiten dramatismo y devoción.
- Manos gesticulantes, que enfatizan el dolor maternal ante la Pasión de Cristo.
Estas cualidades la convierten en un emblema de la tradición artística y espiritual de Córdoba, reflejando la esencia de la Axerquía, uno de los barrios más icónicos de la ciudad.
