Logroño vive un nuevo impulso en su tradición costalera con la «igualá original» organizada por la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, un evento que reunió este domingo a unos 40 costaleros para prepararse de cara a la próxima Semana Santa. Este acto, abierto a la participación de nuevos interesados, se centra en portar la emblemática imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo, una pieza que marcó un hito al ser la primera en procesionar a costal en la capital riojana.
El capataz del paso, Luis Ignacio Arruti, explicó a EFE el significado y la importancia de esta igualá, que consiste en ajustar las alturas de las trabajaderas, las barras de madera donde los costaleros apoyan su séptima vértebra y el costal. «Es un momento clave, ya que permite que todos los costaleros trabajen en sincronía y que el peso de la imagen se reparta de manera uniforme», destacó Arruti, quien también ocupa el cargo de secretario de la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño.
La cuadrilla de la cofradía cuenta con un grupo consolidado de costaleros, muchos de ellos con experiencia previa en procesiones de ciudades como Zaragoza. Según Arruti, este hecho es un estímulo para invitar a más personas a participar en Logroño, fortaleciendo así la tradición y la devoción local.
La imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo es una obra excepcional tallada en madera de cedro policromada por el imaginero sevillano José Antonio Navarro Arteaga. Presentada y bendecida en marzo de 2007, esta talla pesa 1.600 kilos y se porta sobre unas imponentes andas de caoba con cartelas plateadas sostenidas por seis varales. Su primera procesión en Logroño tuvo lugar durante el Santo Entierro del Viernes Santo de 2007, aunque una tormenta obligó a interrumpir el recorrido, dejando a la imagen resguardada en el pasaje de Bretón de los Herreros.
El Vía Crucis Procesional del Lunes Santo es el momento culminante en el que la imagen recorre las calles de Logroño, despertando la devoción de los fieles. La figura de Cristo, representado atado de manos, vestido con una túnica morada, camisa blanca y un cíngulo dorado como símbolo de esclavitud, se ha convertido en uno de los principales referentes de la Semana Santa riojana.
Este tipo de actos, como la igualá, no solo fortalecen la preparación técnica de los costaleros, sino que también reafirman el compromiso de la ciudad con sus tradiciones religiosas, abriendo la puerta a nuevas generaciones para vivir de cerca esta experiencia espiritual y cultural. La Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén sigue trabajando para consolidar el costal como un símbolo de la Semana Santa en Logroño, enraizando una tradición que crece cada año.