La vuelta de las procesiones en Sevilla está pendiente de que el Arzobispado derogue el decreto

El Arzobispado mantiene la prohibición del culto público en Sevilla. Es decir, que mientras monseñor José Ángel Saiz Meneses no firme un nuevo decreto que levante el veto a las procesiones, el calendario irá consumiéndose y, con él, todas las previsiones de eventos religiosos en las calles se irán al traste. En la Archidiócesis hay un sector conservador de la curia que no es partidario de abrir el abanico de forma progresiva hasta que no decaigan todas las restricciones sanitarias. Sin embargo, el hecho de que varias diócesis andaluzas lo permitan ya y que en Sevilla haya cada vez más voces que apremian a la autoridad eclesiástica a que dé un paso al frente invita a pensar que el nuevo decreto del arzobispo saldrá en breve. La celebración de los días 8 y 12 de septiembre en la provincia, con las fiestas en honor de las patronas de los pueblos, era un hito a evitar. En Palacio están a la espera de que el comité de expertos, que se reúne previsiblemente mañana, flexibilice aún más las medidas en Sevilla y que la provincia entre en el nivel 1 de alerta.

Todo parece indicar que la llegada del otoño traerá bajo el brazo el plácet de la Archidiócesis para celebrar cultos externos con limitaciones e ir ampliando si la situación sanitaria lo permite. En el Consejo de Cofradías son partidarios de que se vayan celebrado eventos de menor entidad como procesiones de gloria o rosarios de la aurora. La Pastora de Santa Marina tiene fijada su procesión para el próximo domingo 19 y su hermano mayor asegura que lo tiene «todo preparado» para celebrarla adaptando el cortejo y el itinerario a las medidas que fueran necesarias, incluso con apenas un día de antelación. La Pastora de Triana ha pospuesto la salida procesional al 30 de octubre. En estos días, siguiendo el calendario habitual, se celebrarían también el rosario de la aurora de la Virgen de las Tristezas de Vera Cruz y, más adelante, las procesiones de la Reina de las Mercedes de la Puerta Real, Valvanera o Los Sastres. El último domingo de septiembre es tradicional el rosario de la Virgen del Dulce Nombre.

En octubre, antes de la fecha marcada en rojo para el gran hito cofrade del año, el del Gran Poder, habría un buen número de procesiones -la Virgen de la Cabeza, las del Rosario, la Encarnación de la Cena o la Esperanza Divina Enfermera-, así como rosarios de dolorosas como la Victoria de las Cigarreras. Es decir, que en la previa de la multitudinaria salida del Gran Poder, habría un buen número de eventos que ayudarían a las autoridades a organizar una cita como la llegada del Señor de Sevilla a Los Pajaritos y su estancia en Tres Barrios durante tres semanas.

La hermandad del Gran Poder tiene poco margen de maniobra, algo más de un mes, para que Sevilla pase de la nada al todo. Porque el Señor saldrá si no hay aforos ni restricciones sanitarias que impidan la misión de la imagen de Juan de Mesa en las barriadas más pobres de la ciudad. La corporación tomará la decisión definitiva en torno al día 20 de este mes y ronda el optimismo. A su favor juega el hecho de que sería un traslado en andas y con un recorrido muy largo y por avenidas amplias. También, el simbolismo de que fuera el Señor el que abriera la puerta a una nueva etapa de normalidad en las hermandades. La misión del Gran Poder en Tres Barrios lleva aparejada una procesión de regreso desde la Catedral en su paso procesional en el mes de noviembre. No obstante, en caso de que la decisión de la hermandad fuera negativa, la misión se volvería a posponer al año que viene.

El siguiente gran hito cofradiero que está fijado en la agenda de 2021 es, además de las procesiones de la Virgen del Amparo y la Reina de Todos los Santos, será la extraordinaria de la Candelaria en su palio por el centenario fundacional el 5 de diciembre. Una semana antes, la hermandad pretende llevar en vía crucis al Señor de la Salud a la parroquia de la Magdalena, donde recibió culto antes de llegar a San Nicolás.

Otras citas no confirmadas

Más allá del calendario ordinario y de las salidas del Gran Poder y la Candelaria, en el Consejo de Cofradías y en el Arzobispado llevan meses estudiando un gran acontecimiento de acción de gracias para cuando llegue el final de la pandemia. El arzobispo ya comentó su deseo de que el acto gire en torno a la Virgen de los Reyes, que precisamente este año cumple el 75 aniversario de su patronazgo sobre Sevilla. Si se tomara como referencia la procesión extraordinaria que organizó el cardenal Segura en 1946 para conmemorar dicha efeméride, se abriría la puerta a la participación de otras grandes devociones de la ciudad. Entonces fueron la Macarena, la Amargura, la Virgen del Valle, la Virgen del Amparo o la de Todos los Santos.

Por otro lado, en el Consejo, antes del verano, manejaban distintas posibilidades: una procesión con las vírgenes coronadas o con las que llevan por advocación la Esperanza. En Cuaresma ya hubo movimientos tanto en la Macarena como en Triana para comenzar a perfilar un gran acto de este tipo que el Consejo pretende liderar y organizar.

Todo esto, no obstante, no son más que buenas intenciones para un escenario sin ningún tipo de restricción sanitaria, por lo que ni las hermandades ni el propio Arzobispado lo cerrarán hasta que no llegue ese momento. El otoño será una prueba de fuego para ir dando pasos de cara a la celebración de una Cabalgata de Reyes Magos y, sobre todo, una Semana Santa como siempre se ha conocido o si, en su lugar, hay que comenzar a plantear escenarios alternativos para los que el Consejo de Cofradías no es para nada partidario. Y ahora tampoco el Ayuntamiento.

ABC

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