Las hermandades de Huelva no prevén más salidas extraordinarias

Por supuesto que el mundo cofrade también se vio afectado por los efectos de la pandemia. Y en nuestro recuerdo permanecen aquellos tiempos en los que no podíamos hacer estación penitencial por las calles, objetivo de todas las cofradías, y teníamos que realizar los Cultos en unas condiciones poco idóneas y un montón de cosas más que no es el momento de recordar ahora que la situación ha mejorado considerablemente.

Los cofrades fueron capeando el temporal, soportando todo en espera de tiempos mejores que, afortunadamente, han llegado. Por ello, han tratado de recuperar ese tiempo perdido. De ahí que este año, los cultos, los actos cofrades, las veneraciones, los desfiles, las conmemoraciones y todo lo que ha rodeado a las cofradías haya tenido un esplendoroso desarrollo, con una masiva participación de personas y un ambiente indescriptible.

Y había tantas ganas de Semana Santa, de ver procesiones en la calle, que se ha buscado cualquier pretexto para organizar una. Cinco, que bien pudieron ser seis, se han desarrollado en nuestra ciudad, que ha vibrado con emoción en todas y cada una de esas procesiones de carácter extraordinarias que se han vivido en los últimos meses.

Realmente, daba gusto recorrer el centro de nuestra ciudad los días de procesión extraordinaria y contemplar como una multitud de personas acompañaban a las imágenes. Y, entre esa multitud, mucha juventud que, como venía sucediendo en los últimos tiempos, se ha acercado con calor a las hermandades y hacen pensar en un futuro esplendoroso.

Hay quienes también veían aspectos materiales en esas salidas. Especialmente, los establecimientos de hostelería que, lógicamente, se veían repletos de clientes que esperaban el paso de la procesión. Y las floristerías, la cerería, las bandas de música y otras industrias se veían también afectadas positivamente por estas procesiones extraordinarias.

Los resultados habían sido tan positivos que algunos cofrades pensaban que lo extraordinario debería hacerse ordinario y así tener una procesión cada fin de semana. Afortunadamente, la sensatez ha llegado y, con una simple insinuación desde las más altas esferas, se ha cortado la riada y, a partir de ahora, las salidas extraordinarias tendrán un por qué y una base en la que sustentarse.

Ya no vale conmemorar que hace diecisiete años se dio la primera puntada al rostrillo de la Virgen o hace siete años que la Hermandad adquirió un juego de ciriales. No, ahora habrá que estar a la normativa que, desde el Obispado, se dictará para que las salidas extraordinarias cumplan su objetivo.

el primer sacrificado es el propio Consejo de Hermandades, que ha visto como no era conveniente por ahora hacer un Vía Crucis extraordinario.

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