Las Lágrimas, una marcha pontanesa en memoria de Manuel Gil Cosano

Las Lágrimas, una marcha pontanesa en memoria de Manuel Gil Cosano

Las Lágrimas, dedicada a la titular mariana del mismo nombre de la cofradía del Santo Sepulcro de Puente Genil, es una pieza muy especial. La misma está escrita por Jacinto Manuel Rojas Guisado, subdirector de Amueci, y es en memoria de uno de los grandes cofrades de la localidad pontana, Manuel Gil Cosano, que se fue de forma prematura a los 44 años.

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Portada de la marcha Las Lágrimas.

La marcha de 120 compases está compuesta en la tonalidad de Re menor, tiene una duración de unos 05:40 minutos y fraccionada en diferentes temas.

La pieza comienza con unas llamadas “tema llamadas de duelo”, de intensidad fuerte, las llamadas son realizadas por los saxos e instrumentos de metal, siendo respondidas las mismas a través de los instrumentos graves con figuras de negras. Al final de esta introducción se plasman otros tipos de llamadas diferentes con cierto aire característico andaluz, se trata de unas llamadas de graves apoyadas por el contraste de las flautas, oboes y clarinetes, todo ello en mezzoforte enlazando con ello con el primer tema.

El primer tema “de la Soledad de María delante de la Cruz” está escrita en una intensidad de piano donde la melodía la plasman los saxofones y bombardinos, con el acompañamiento de clarinetes con negras, corcheas y tresillos de corcheas, a la vez las trompas y trombones realizan armonías de redondas mientras que los bajos o graves llevan el acompañamiento de figuras de blancas. Este primer tema se repite también en piano incorporándose los fliscornos y trompetas a la melodía, traspasando el acompañamiento de clarinetes a las trompas y añadiéndose un contracanto de flautas, oboes y clarinetes.

Tras ello entramos en el segundo tema “representativo de la música de cierto carácter andaluz”. Este tema de intensidad pianísimo donde se incorporan las figuras de las semicorcheas, así como los quintillos de este tipo de figuración comienza con una melodía de flautas, oboes y saxofones altos acompañados a la vez por una segunda voz de saxofones tenores, los clarinetes en este caso prestan la armonía mediante figuración de redondas, respondiendo cada final de frase con unas llamadas de los instrumentos de metal (fliscornos, trompas, trompetas y trombones). A mitad del presente tema se incorporan los graves con figuras largas así como la trompa, el trombón y el bombardino con un contrapunto muy melódico y con cierto carácter de música nacionalista andaluza que hace que el tema representativo en sí se refuerce un poco más, finalizando con un crescendo de la intensidad del sonido hasta llegar al mezzoforte, intensidad con el que da comienzo el siguiente tema.

La marcha entra en el tema donde los graves representan el “del dolor de la madre por la muerte de su hijo”. Se trata de un tema de tresillos de corcheas y negras, los cuales son respondidos por unos arpegios de los instrumentos de madera que representan las lamentaciones del momento de las personas que estuvieron presentes en el momento de la muerte. Este tema va aumentando en intensidad de sonido hasta llegar a un fuerte de llamadas de metales que nos vuelve a recordar el carácter andaluz de la obra en sí. Dichas llamadas servirán de enlace o puente al último tema de la marcha; “el trio”.

El Trio “tema del canto a María” como así se indica, se trata de una canción muy dulce, suave y melódica dedicado a la Virgen María que se divide en dos partes, una primera parte en piano mientras que la segunda parte es de intensidad fuerte. En su primera parte, la melodía es realizada por los clarinetes, saxos y bombardino, van a dos voces llevando la figuración de negras con puntillos acompañados de corcheas concluyendo cada una de las frases en blancas con puntillos, en esta primera parte del trio los instrumentos de sonidos más graves van marcando las notas a tiempo mientras que las trompas y trombones les acompañan con figuración de negras, todo ello con un contracanto de las flautas de fondo. Cuando llega el momento de repetir el trio, momento en que ya nos asomamos al final de la marcha, cambia la intensidad de la obra a fuerte. Se incorporan a la melodía las flautas, oboes, fliscornos y trompetas, pasando al contracanto los tenores, trompa y bombardino, manteniéndose el mismo tipo de acompañamiento de bajos, trompas y trombones que en su primera parte.

Tras la parte fuerte del trio se da por finalizada la marcha, una marcha que tiene la peculiaridad de estar dedicada igualmente a título póstumo a la persona de Manuel Gil Cosano, quien fuera cofrade mayor de la hermandad a la cual está destinada la pieza.

Fuente LavozdeCordoba

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