La Hermandad Sacramental se prepara para un acontecimiento que promete ser inolvidable en la historia de la cofradía y en el corazón de la ciudad. El próximo 14 de septiembre, esta venerable hermandad realizará una salida extraordinaria desde la casa hermandad del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad, iniciando un recorrido que impregnará de fervor y devoción las calles del centro histórico, hasta culminar en la majestuosa Santa Iglesia Catedral Basílica.
Un Recorrido Emotivo y Devocional
Este desfile procesional no será uno más en el calendario cofrade; será un evento cargado de simbolismo y emoción. La procesión partirá desde el barrio de la Victoria, lugar de origen de la casa hermandad anfitriona, y seguirá un recorrido que llevará a la sagrada imagen por diversos enclaves emblemáticos de la ciudad. Tras la solemne Misa Estacional que se celebrará en el primer templo de la diócesis, la Hermandad Sacramental continuará su recorrido hasta llegar a la casa hermandad de la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad Coronada, popularmente conocida como Mena, en el barrio del Perchel.
Una Muestra de Hermandad y Colaboración
La organización de este evento no hubiera sido posible sin la estrecha colaboración entre las hermandades involucradas. La Hermandad Sacramental ha querido expresar públicamente su más profundo agradecimiento a las hermandades del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad, y a la Congregación de Mena, por su constante disposición y las facilidades brindadas para que esta jornada histórica se haga realidad. La cofradía destaca el espíritu de fraternidad que ha prevalecido en la planificación de este evento, subrayando que este apoyo mutuo fortalece los lazos que unen a las distintas corporaciones y, por extensión, a toda la comunidad cofrade.
Preparativos y Expectativas
Con gran ilusión, la Hermandad Sacramental vive estos días previos a la salida extraordinaria. Los preparativos avanzan con un cuidado extremo en cada detalle, desde los aspectos logísticos hasta los litúrgicos, para asegurar que todo esté listo para este gran día. La emoción crece no solo entre los miembros de la hermandad, sino también entre los vecinos de los barrios de la Victoria y el Perchel, que ven en esta procesión un motivo de orgullo y un reflejo de su devoción.