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Los obispos españoles han recomendado la “participación presencial” en las celebraciones de la Semana Santa 2021, “siempre que sea posible” y con “responsabilidad” teniendo en cuenta la situación de emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19; y aconsejan la retransmisión de las mismas para quienes no puedan acudir físicamente.
Así lo indica la Comisión para la Liturgia de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en unas observaciones generales en las que se adaptan a la realidad española las recomendaciones del Vaticano respecto a la Semana Santa.
“Siempre que sea posible, desde un discernimiento responsable que ha de hacer cada fiel, se recomienda la participación presencial en la celebración, formando parte activa de la asamblea”, subraya la CEE.
Si bien, precisa que para aquellos fieles que, por razón de edad, enfermedad, o de “prudencia sanitaria”, no puedan participar presencialmente en las celebraciones, se debe facilitar la retransmisión por los medios de comunicación.
La Comisión precisa que en todas las celebraciones “se deberán respetar las normas emanadas de las autoridades sanitarias en la lucha contra el virus: el aforo de los templos, las recomendaciones sanitarias e higiénicas, el uso de la mascarilla, disponibilidad de gel hidroalcohólico, distancia social, ventilación de los espacios”.
También propone “reducir al mínimo necesario” el número de ministros que intervienen –acólitos, lectores–, y subraya que “el canto no está prohibido, siempre y cuando no exista alguna indicación expresa de las autoritarias sanitarias y se haga con las medidas de precaución adecuadas”, como el uso de mascarilla en todo momento. No es aconsejable, según añaden, el canto o la música grabados.
igualmente, la CEE pide evitar la distribución de subsidios para el canto en soporte de papel o cualquier tipo de folleto para prevenir contagios y aconseja instruir a los fieles para recibir la comunión de manera “segura y ordenada”.
Además, “en el caso de que los aforos permitidos en las iglesias sean un grave problema para la participación”, la CEE señala que el obispo diocesano puede autorizar a que se hagan “varias celebraciones en el mismo templo en horas sucesivas”.
En cuanto a los sacerdotes que estén afectados por el virus y estén confinados, la CEE les pide que procuren también celebrar los distintos ritos, en la medida de lo posible y si su salud se lo permite.
Los días de la Semana Santa
Asimismo, recomienda “vivamente” que se fomente el sacramento de la penitencia, a través de una mayor disponibilidad de los sacerdotes para la confesión “con todas las medidas de precaución, distancia social y discreción”.
En concreto, sobre el Domingo de Ramos, piden evitar la procesión y proponen en las catedrales utilizar la entrada solemne, mientras que “los fieles permanecerán en sus lugares y se hará la bendición y la proclamación del evangelio desde un lugar, dentro de la iglesia, en el que los fieles puedan ver el rito”.
En la procesión al altar, puede participar una representación de los fieles junto con el obispo y los ministros, según indica. En las parroquias y demás lugares de culto, sugieren utilizar la entrada simple. Atendiendo a la Misa crismal, la CEE propone que el obispo traslade la fecha de su celebración al día que parezca más adecuado.
Sobre el Jueves Santo, la CEE señala que, “de forma excepcional”, al igual que el año pasado, “los sacerdotes tienen la facultad de celebrar este día la Misa sin el pueblo, si concurren circunstancias que así lo aconsejen –por ejemplo, el contagio con el virus del propio sacerdote o el confinamiento de una población–“. Además, precisa que “ha de omitirse el rito del lavatorio de los pies”.
Además, dado que este año la celebración se hará, en la mayor parte de los casos, con alguna participación del pueblo, proponen que “no se omita la procesión y la reserva del Santísimo Sacramento para la adoración y la comunión al día siguiente”.
El Viernes Santo, la CEE precisa que se ha de asegurar la celebración de la Pasión del Señor, “por lo menos, en la Catedral, en los templos parroquiales, al menos en los principales”, y en aquellos de mayor capacidad dentro de las zonas pastorales establecidas en cada diócesis.
En la oración universal, señalan que se utilizará el formulario habitual con el añadido de la intención especial que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el pasado año, en la que se reza “por quienes sufren en tiempo de pandemia”: “Para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto”.