El Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una de las imágenes más veneradas de la Hermandad de los Estudiantes, volverá a estar acompañado por una banda de música en su próxima Salida Extraordinaria. Este evento marca un hito histórico, ya que hace exactamente 50 años, en el aniversario fundacional de la hermandad, el Cristo fue acompañado por la Banda Municipal de Música de Sevilla. En esta ocasión, será la prestigiosa Banda de Música Maestro Tejera la encargada de poner sonido solemne a esta emotiva procesión, generando gran expectación entre los cofrades y amantes de la música procesional.
Repertorio Solemne para un Crucificado Histórico
La elección del repertorio musical ha despertado gran interés, dado el carácter fúnebre y solemne que se espera para acompañar al Cristo de la Buena Muerte, tal como ha sucedido en ocasiones recientes con otros crucificados, como el Cristo de Burgos o el Cristo del Cachorro. En línea con esta tradición, la Banda Maestro Tejera tiene previsto interpretar marchas de corte solemne y fúnebre, lo que reforzará el ambiente de recogimiento y devoción que caracteriza este tipo de procesiones.
Entre las marchas más esperadas, se especula que una de las piezas fijas será «Cristo de la Buena Muerte», una composición creada hace 50 años por el maestro José Albero Francés. Esta marcha tiene un valor especial, ya que fue escrita para la propia hermandad y su autor la dirigió durante su etapa al frente de la Banda Municipal de Sevilla.
Además, otras marchas vinculadas a la hermandad también podrían estar presentes en el repertorio, como «Cien Años de Estudiantes», una obra de Ángel Lasheras Torres compuesta en honor al centenario de la cofradía. Aunque esta marcha no pudo sonar en el pasado Martes Santo debido a las inclemencias meteorológicas, es probable que sea incluida en la procesión extraordinaria. Asimismo, se espera la interpretación de la nueva marcha «Angustia y Buena Muerte», dedicada a los titulares de la hermandad por el compositor Jesús Navarro Muñoz.
Recuperación de Marchas Históricas
Uno de los aspectos más interesantes de esta salida extraordinaria es la posibilidad de recuperar marchas que han caído en el olvido con el paso de los años. La Hermandad de los Estudiantes siempre ha tenido una relación cercana con el templo de la Anunciación, lo que ha motivado la colaboración con la Hermandad del Valle para rescatar marchas históricas vinculadas a ambas cofradías.
En este contexto, una de las obras que se plantea recuperar es la marcha titulada «Una Lágrima», compuesta por Moisés García Espinosa, quien fue director de la Banda del Regimiento de Granada nº34 de Sevilla entre 1915 y 1931. Esta marcha, dedicada a la Hermandad del Valle, es un claro ejemplo del legado musical cofrade de principios del siglo XX y podría ser escuchada nuevamente durante la salida extraordinaria del Cristo de la Buena Muerte en noviembre.
Maestro Tejera y el Legado de la Música Cofrade
La Banda Maestro Tejera es reconocida por su compromiso con la tradición musical sevillana, especialmente en lo que respecta a la música cofrade. En esta ocasión, se espera un repertorio clásico con compositores como Braña, Gámez Laserna y Manuel López Farfán, cuyos trabajos han sido fundamentales para el desarrollo de las marchas procesionales solemnes. No faltarán tampoco compositores contemporáneos como Francisco Hurtado, cuya obra «Miradlo en la Cruz» podría formar parte del repertorio, siguiendo la línea de otros crucificados sevillanos.
Una Oportunidad Única en Noviembre
La Salida Extraordinaria del Cristo de la Buena Muerte promete ser un evento de gran relevancia, no solo por la devoción que despierta esta imagen, sino también por el repertorio musical que acompañará a su recorrido. Con la Banda Maestro Tejera a cargo de la música, y la posible recuperación de marchas históricas como «Una Lágrima», esta procesión se perfila como una cita imperdible para los amantes de la música procesional y para la comunidad cofrade de Sevilla.
Este noviembre, la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte recorrerá las calles de Sevilla en un ambiente de solemnidad y respeto, mientras las notas de las marchas clásicas y solemnes envuelven a los fieles en un acto de profunda devoción.