Recuerdos de un 2020 para olvidar

Pocas veces habían existido tantas ganas generalizadas de cerrar el portón del año en curso como las que hay este 2020 al que restan apenas cuatro días. Contradictoriamente, el año que todos queremos olvidar será recordado ya para siempre, como siempre recordamos esos años de la República que nos dejaron sin cofradías en la calle. 2020 ha dado a las hermandades el mayor mazazo posible, una realidad que nunca pensamos que podría ocurrir en pleno siglo XXI; la epidemia del coronavirus nos quitó las procesiones, las de Semana Santa y las de Gloria (menos mal que para este año no había prevista ninguna salida extraordinaria), e incluso nos separó de nuestras devociones en los duros meses que pasamos entre las cuatro paredes de nuestras casas. Pero hasta en un año realmente para olvidar, el mundo de las hermandades ha sabido regalar momentos, estampas, noticias o circunstancias que merece la pena recordar. Y aquí van una serie de ejemplos:

  • Del año que se acaba recordaremos la salida del Cristo de la Salud de Santiago por las calles de su entorno, en un vía crucis organizado por el Seminario que recordó la fuerza devocional y la sobrada valía artística que tienen no pocas imágenes que se veneran en iglesias de la ciudad y que bien podrían ser titulares de cofradías y procesionar por las calles para tener una mejor Semana Santa. Este Crucificado de la Salud, por cierto, sigue siendo hasta el momento la última imagen en recorrer las calles de la ciudad en culto público.
  • Pese a las restricciones, pese a los temores, pese a la cantidad de obstáculos que el coronavirus puso en el camino, la parroquia de San José pudo celebrar la coronación de su imagen titular, en una solemne y cuidada ceremonia que se celebró en la Catedral en la mañana del 31 de octubre. Otra coronación que se apunta la ciudad, que no veía algo así desde 2011.
  • Hablando de coronaciones, también recordaremos de este año 2020 el anuncio definitivo de la coronación de la Virgen de las Penas, el decreto firmado por Zornoza en el mes de junio y la solemne presentación de los actos de coronación que la cofradía de La Palma celebró el 14 de agosto, justo un año antes de que se corone la Dolorosa de la Viña.
  • 2020 deja también la puesta en valor de la Custodia de Ana de Viya. Expuesta siempre en un secundísimo segundo plano por lo impresionante de la custodia procesional, la imposibilidad de sacar este año el Corpus a la calle obligó a celebrar la fiesta con procesión claustral llevando el Santísimo en esa otra Custodia que es toda una joya hasta ahora bastante desconocida por el público en general.
  • Los meses de confinamiento y de limitación de la movilidad y de los horarios nos dejan también tres restauraciones de imágenes muy destacadas, y realizadas en los tres casos por Pilar Morillo y Álvaro Domínguez. La Virgen de las Penas, la Virgen de las Lágrimas de Columna y el Nazareno del Amor han regresado al culto con mucha más fuerza como tallas devocionales gracias al impecable trabajo de esta pareja de restauradores.
  • La epidemia y la imposibilidad de sacar procesiones a la calle ha dejado también altares de cultos para el recuerdo, especialmente en los últimos meses del año. Se nos vienen a la memoria algunos de los que hemos contemplado en el altar mayor de San Lorenzo (poco dado habitualmente a tener al culto a las imágenes titulares de las cofradías que allí radican) o el último que vimos de la Esperanza del Amor en el altar mayor de San Francisco.
  • Imágenes que la epidemia dejará también para el recuerdo han sido las muestras de afecto, de devoción y podríamos decir incluso de sed de iglesia y de cofradías que vimos sobre todo durante la Semana Santa. Las personas congregadas ante la reja de La Palma el Lunes Santo o el ramo de flores plantado en la puerta de la capilla del Nazareno el Jueves representan muy gráficamente lo duro que fue la Semana Santa para muchos.
  • No podemos olvidarnos del vía crucis con el Señor del Mayor Dolor que la epidemia sí nos permitió rezar en la Catedral y que sirvió para que la cofradía y la ciudad saldaran esa deuda que se contrajo en 2013 cuando la lluvia impidió la salida el lunes de Cuaresma de este Nazareno de Santa Cruz.

Con todas estas imágenes en el recuerdo, unidas a las que cada uno se lleve para sí de este 2020 para olvidar, afronta la ciudad y sus cofradías un nuevo año que arrancará este viernes. Deseamos que sea lo más feliz posible para todos, y que podamos seguir contándolo y comentándolo cada domingo en este rinconcito cofradiero. Feliz año a todos.

diariodecadiz

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