Las hermandades de la ciudad han sido víctimas de numerosos robos en los últimos años, afectando gravemente su valioso patrimonio artístico. Desde joyas y piezas de orfebrería hasta sayas e incluso imágenes sagradas han sido sustraídas de templos y dependencias, dejando a muchas corporaciones sin posibilidad de recuperar estos bienes.
Uno de los robos más impactantes ocurrió en 2005, cuando cinco individuos armados asaltaron la casa hermandad del Buen Fin. Los ladrones, tras herir al mayordomo, se llevaron 1.500 euros y joyas de la Virgen de la Palma, incluyendo piezas donadas para su coronación. El caso resultó especialmente doloroso al descubrirse que uno de los hermanos facilitó el delito.
En 2008, la Hermandad del Calvario perdió una imagen del Niño Jesús durante el quinario, presuntamente sustraída tras una boda. Ese mismo año, una oleada de robos afectó a varias parroquias de la ciudad, donde una banda organizada de delincuentes extranjeros se llevó objetos de valor, incluyendo elementos litúrgicos y dinero en efectivo.
El año 2009 trajo otro golpe con el robo de las joyas de la Virgen del Amparo en la Misión. Los delincuentes se descolgaron desde una ventana y lograron sustraer una caja fuerte con las joyas de la Virgen y dinero.
Otro caso notorio ocurrió en 2012, cuando la Hermandad de las Siete Palabras sufrió la desaparición de dos águilas bicéfalas y una cartela de su paso de Misterio, junto con las antiguas bambalinas de su palio. Estos objetos, de gran valor histórico, no han sido recuperados hasta la fecha.
Las hermandades de San Isidoro, la Macarena y la Resurrección también han sufrido pérdidas. En 2014, San Isidoro vio desaparecer dos pequeñas imágenes de madera, mientras que la Macarena recuperó una jarra robada tras una investigación policial en 2015. Ese mismo año, el Carmen del Santo Ángel denunció la sustracción de varias piezas de orfebrería.
En 2018, la Hermandad de los Desamparados de Parque Alcosa sufrió el robo de dos sayas y broches de la Virgen. Los ladrones aprovecharon la conexión del local con un bar vecino para perpetrar el hurto sin ser detectados.
Finalmente, en 2020, en plena pandemia, se registraron nuevos robos. La Hermandad del Calvario fue asaltada y se sustrajo dinero destinado a caridad, mientras que en el Rocío de la Macarena desaparecieron dos medallas del simpecado. En la capilla de los Negritos se frustró un intento de robo con la detención del ladrón.
Estos sucesos han obligado a las hermandades a mejorar sus medidas de seguridad, aunque la recuperación del patrimonio robado sigue siendo una tarea pendiente.