En la localidad alicantina de Xixona, la celebración de las fiestas patronales se ha visto envuelta en una polémica entre la Federación de Fiestas, el Ayuntamiento y el párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Salvador Valls. La controversia surge por el cambio de fecha de la tradicional procesión, que en 2022 se trasladó del lunes 26 de agosto al jueves 22 para alargar las festividades.
El actual párroco, que asumió su cargo hace casi un año, ha mostrado su desacuerdo con esta modificación y ha emitido un comunicado en el que sostiene que la procesión debe realizarse en su fecha original, como se ha hecho durante más de 150 años. Valls ha dejado claro que sin la autorización expresa del obispo, Ignacio Munilla, no permitirá la procesión en la nueva fecha, argumentando que «se pierde el sentido de la fiesta» si se cambia un evento con tanto arraigo.
El Ayuntamiento y la Federación han lamentado la postura del párroco, destacando que desde su llegada no se ha mostrado dispuesto a dialogar sobre un posible acuerdo. A pesar de los intentos de la alcaldesa, Isabel López, y del concejal de Fiestas, Marcos Ros, para mediar, la negativa de Valls ha llevado a la Federación a cancelar la procesión de este año. La Federación, que organizó el cambio de fecha mediante una votación en 2022, ha expresado su decepción por la suspensión del acto y espera poder retomarlo en las próximas fiestas de 2025.
El conflicto refleja la tensión entre la tradición religiosa y la evolución de las celebraciones populares, con el párroco defendiendo la preservación de la historia mientras el Ayuntamiento y los festeros buscan adaptar las festividades a las demandas actuales.