Desde la Parroquia de Santa Ana, situada en la calle de Vázquez de Leca (Triana), celebración del Corpus Christi de Triana a partir de las 10:00 horas siguiendo el siguiente recorrido:
Salida: Plazuela de Santa Ana a las 10:00h, Pelay Correa, Santísimo Cristo de las Tres Caídas, Rodrigo de Triana, San Jacinto, Plaza del Altozano, Pureza, Párroco Don Eugenio y entrada Plazuela de Santa Ana a las 12:00h
Custodia Procesional de D. Andrés de Osorio (Del 1712 al 1726) mantiene su recorrido histórico, pasando por calles del barrio engalanadas con altares y balcones dignos de admirar.
Fundada en la Real Parroquia de Señora Santa Ana por el clérigo de ella, Pedro Espinosa, quien obtuvo de S.S. Paulo III la bula de firmada en Roma el 8 de julio de 1540 y se fundó «para servir a acompañar al Stmo. Sacramento al tiempo que sale a visitar a los enfermos, con candelas de cera encendida en las manos» Montó su primera Capilla y comulgatorio en lo que fue la Capilla Sra. de la Angustia cabecera del crucero de la Epístola y hoy Capilla Bautismal.
Se situó después la Hermandad con su Sagrario, en la Capilla actual de la Hermandad de Madre de Dios del Rosario y después pasó a la nave del Evangelio en el Altar dedicado a la Purísima Concepción en Capilla que ésta Hermandad había labrado en terrenos colindantes a los muros de la Parroquia, dándole entrada por ella estando y terminada en 1752. Pocos años después se fusionaba la Sacramental con esta corporación de la Pura y Limpia Concepción.
También se fusionó la Hermandad Sacramental con la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús en 1709 que existía en la Real Parroquia de Señora Santa Ana desde 1504. Llegando a ser Hermandad Sacramental de la Real Parroquia de Señora Santa Ana, la más importante de la feligresía y la tercera en antigüedad de Sevilla después de la del Salvador y San Vicente, por haber sido esta Iglesia Colegiata. Las procesiones del Corpus de Triana, se mantienen desde hace más de 450 años, conservando el mismo itinerario que entonces «saliendo de Santa Ana, entra por la calle de Confesos (Rodrigo de Triana), para salir a Santo Domingo (San Jacinto), hasta Pza. del Altozano doblando por Olleros a desembocar a la calle Larga de Santa Ana (Pureza) y entrada. Reseñar que durante la ocupación francesa de Sevilla, el Cabildo Catedral envió el Tesoro a Cádiz y entre los objetos de culto que se mandaron estaba la Custodia de Arfe.
Para poder celebrar la procesión del Corpus Christi se le pidió a la Parroquia de Santa Ana la Custodia de la Hermandad Sacramental. Así fue como durante varios años, en la Procesión del Corpus Christi de Sevilla salió la Custodia de la Hermandad Trianera. En el tesoro de la corporación Sacramental figuran dos varas de plata de ley, del siglo XVII, que son las que, según Reglas, deben portar el Hermano Mayor y el Teniente de Hermano Mayor en las Procesiones Eucarísticas. El Libro de Reglas de la Hermandad es de enorme valor histórico y artístico, de 1626.
En una hornacina del muro del Evangelio de la Iglesia de Santa Ana se conserva la Custodia de salida, en plata de ley, propiedad de la Hermandad, obra de Andrés de Osorio de 1712, según consta en el libro de actas de 1725-1731, finalizada en 1726. La antigua Custodia fue realizada en 1667 por el platero Mateo Jiménez y finalizada por el orfebre Duarte. En 1972 se fusiona con la Hermandad de la Esperanza de Triana, teniendo a su cargo la organización de todos los cultos al Santísimo Sacramento durante todo el año, destacando la procesión del Corpus de Triana.
Su patrimonio es algo absolutamente excepcional, a tono con la categoría y con el abolengo casi catedralicio de su parroquia. Para empezar, podemos señalar la capilla Sacramental (primera mitad s. XVI), con buenas yeserías platerescas en su portada, retablo barroco de Miguel Franco (1701 a 1711); delicados ángeles de escuela roldanesca (s. XVII) y zócalo de azulejos de Montalbán (1906). Como preseas de orfebrería, figuran allí la portezuela del Sagrario, repujada por el setecentista Amat, y una magnífica lámpara de plata (primera mitad XVIII), ornamentada con cardinas, roleos y capullos bulbosos, e inscripción alusiva: “Soy de la Hermandad del Santísimo Sacramento de Señora Santa Anna de Triana”.
Para encabezar los cortejos eucarísticos hay un hermosísimo Guión (primer cuarto s. XIX) donde se combinan bordados sobre tisú y un bajorrelieve cincelado de la Última Cena, que es pieza clásica donde las haya. También lo son cuatro varas antiguas de la Hermandad Sacramental, cuya cabeza cilíndrica va cubierta por una esfera, llevando decoración de castillos y leones que parecen aludir a la fundación alfonsí de “la Catedral Trianera”. Hay que comprimir mucho lo que falta: Ostensorios, cálices, cajita portaviático, campanilla de plata, etc… Corona y atributos de la Inmaculada. Sin olvidar documentos de gran calado e interés, como el libro de 1643 (21 x 17 cms.), adornado con dos vitelas de la Sagrada Cena y Exposición Eucarística, fechables en 1630.
En el Corpus Chico figuran la monumental Custodia de Andrés de Ossorio (1726), una de las más vistosas e impresionantes, con basamento posterior (añadido por Garay-Amat en el último tercio del XVIII); la bellísima Inmaculada; un Niño Jesús de estilo montañesino portado por jóvenes costaleros; y un cuarto paso que generalmente ha sido el evangelista San Juan, aunque en 2008 y 2009 salieron Santas Justa y Rufina. En verdad no existen palabras para ponderar las excelencias de dicho cortejo, el cual sería calificado no de chico, ni de grande, sino de mayúsculo, en cualquier otra ciudad que no fuera Sevilla y que además no tuviera la gracia de Triana.
Por último, como homenaje a la Patrona trianera y titular de su parroquia, recomendamos al lector que se fije en la deliciosa y entrañable miniatura de Señora Santa Ana con su Hija y Nieto, que pulcramente cincelada sobre brillante plata ocupa el primer cuerpo de la custodia. Según Sanz, parece obra barroca de fines del siglo XVII y probablemente estuvo ya sobre una anterior custodia.