Cada 15 de agosto, coincidiendo con el festivo nacional de la Asunción de María, la Hermandad del Rocío de Rota celebra una de sus fechas más señaladas: la salida procesional de la Blanca Paloma. Este evento atrae tanto a los rocieros de Rota como a numerosos visitantes devotos de la virgen, convirtiéndose en una jornada de fervor y tradición compartida.
Participación de Devotos y Niños
Para acercar esta experiencia a los fieles, la hermandad ofrece la oportunidad a los devotos interesados de cargar la imagen de la virgen del Rocío. Aquellos que deseen participar como cargadores voluntarios deben ponerse en contacto con los capataces del paso o con cualquier miembro de la junta de gobierno de la Hermandad del Rocío de Rota. Esta iniciativa es especialmente significativa en un periodo del año donde la localidad recibe a muchos turistas que también profesan una gran devoción hacia la Blanca Paloma.
Además, se ha realizado un llamamiento especial para que los niños se sumen al cortejo procesional, acompañando a la virgen y contribuyendo a la belleza y solemnidad de la procesión.
Detalles de la Procesión
La procesión comenzará a las 20:30 horas del 15 de agosto desde la parroquia de Nuestra Señora del Carmen. El recorrido, que transcurrirá por las principales calles de Rota, es el siguiente:
- Salida del templo parroquial
- Calle peatonal Pasaje del Padre Juanito
- Calvario
- Veracruz
- Plaza de Andalucía
- Plaza de España
- Constitución
- Plaza Barroso
- Pérez de Bedoya
- Plaza Padre Eugenio
- Plaza Bartolomé Pérez
- Callejón del Castillo
- Fermín Salvochea
- Arco de Regla
- Higuereta
- Prim
- Castelar (derecha)
- Rosario (izquierda)
- Isaac Peral (derecha)
- Veracruz
- Calvario
- Pasaje del Padre Juanito
- Regreso a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen
Ambiente de Fervor y Tradición
Como es habitual, se espera que la procesión de la virgen del Rocío en el día de la Asunción de María esté acompañada por los cantes y vivas de los espontáneos, creando estampas entrañables y llenas de emoción. Este evento no solo refuerza la fe y devoción de la comunidad, sino que también fomenta el espíritu de hermandad y la participación activa de todos los presentes.