El Museo del Prado abrirá este martes, 19 de noviembre, las puertas de ‘Darse la mano’, una exposición que pone en el centro de atención a la escultura policromada barroca, con cinco piezas inéditas que se presentan por primera vez al público. Durante la rueda de prensa previa al evento, el director del museo, Miguel Falomir, y el comisario de la muestra, Manuel Arias, destacaron la importancia de la policromía como un elemento esencial para dotar de vida y dramatismo a estas obras.
El protagonismo del color en la escultura
La exposición cuenta con un paso procesional titulado ‘Sed tengo’, obra del maestro Gregorio Fernández, procedente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Según Arias, este paso permite al público comprender cómo la alianza entre la escultura y el color logró persuadir religiosamente a los fieles en la Edad Moderna.
«La policromía no es un ornamento; es imprescindible para acentuar los valores dramáticos de la obra. Sin color, la escultura es un cuerpo muerto, un cadáver», afirmó Arias, jefe del Departamento de Escultura del Museo del Prado.
El uso de materiales preciosos como el oro en las policromías no solo dotaba de valor a las piezas, sino que también servía para transmitir vida y significado, haciendo que estas esculturas fueran elementos centrales de la devoción popular.
Un recorrido por la escultura policromada y sus raíces clásicas
‘Darse la mano’ reúne cerca de 100 obras, incluyendo 41 esculturas y 35 pinturas, distribuidas en siete capítulos. La exposición busca reflexionar sobre el éxito de la escultura policromada barroca y su relación con la pintura, estableciendo un diálogo entre ambas disciplinas.
«Las esculturas barrocas estaban diseñadas para convencer y persuadir al espectador. Pero esto no comenzó en el Barroco español; sus raíces se remontan a la antigüedad clásica», explicó Arias.
En este sentido, la muestra incluye esculturas clásicas para rastrear esas conexiones con el pasado y destacar la herencia latina en el arte español.
Adquisiciones destacadas y piezas inéditas
Entre las obras más relevantes de la exposición se encuentran recientes adquisiciones del museo, como:
- ‘Buen y Mal ladrón’, de Alonso Berruguete.
- ‘San Juan Bautista’, de Juan de Mesa.
- ‘José de Arimatea’ y ‘Nicodemo’, dos figuras pertenecientes a un ‘Descendimiento’ castellano bajomedieval.
Además, los visitantes tendrán la oportunidad de contemplar cinco esculturas inéditas que nunca antes habían sido expuestas, lo que añade un atractivo especial a la muestra.
Reordenación de las colecciones escultóricas del Prado
El director del museo, Miguel Falomir, aprovechó la ocasión para anunciar que en los próximos meses se llevará a cabo una reorganización de las colecciones escultóricas del Prado. Esta iniciativa busca integrar las esculturas de bronce, mármol y policromadas en un diálogo más fluido con las obras pictóricas de la colección permanente.
«Es anacrónico separar la cultura pictórica de este tipo de esculturas. Esta exposición nos muestra lo fascinante que puede ser reunir ambos mundos», señaló Falomir.
Un imprescindible para los amantes del arte
‘Darse la mano’ no solo pone en valor un género artístico muchas veces relegado, sino que también invita a reflexionar sobre la interrelación entre pintura y escultura, así como el papel del arte en la religiosidad de la Edad Moderna.
La exposición estará abierta al público en el Museo del Prado hasta el próximo año, ofreciendo una oportunidad única para redescubrir el arte barroco en toda su riqueza y complejidad.