Hace exactamente cien años, el 15 de agosto de 1924, la Virgen de los Reyes protagonizaba uno de los momentos más icónicos en la historia de Sevilla. En aquella mañana, la venerada imagen salió en procesión por primera vez en su recién estrenada tumbilla, la cual, justo un siglo después, realizará su última salida antes de ser reemplazada para la procesión magna del 8 de diciembre de 2024.
La procesión extraordinaria de aquel año no se limitó a su tradicional recorrido. Con motivo de la inauguración del monumento al Rey San Fernando en la Plaza Nueva, la imagen avanzó por las calles Plaza del Cardenal Lluch, Moret, Hernando Colón, Plaza de San Francisco, Granada, Plaza de San Fernando, Cánovas del Castillo y Cardenal González. En esta ocasión especial, el infante Don Carlos portaba la espada del monarca, conocida como la lobera, mientras que otras figuras de la ciudad, como el general gobernador y el teniente alcalde, llevaban los estandartes reales y de la ciudad respectivamente.
La ceremonia concluyó en la Plaza Nueva, donde el alcalde de Sevilla detalló el proceso de ejecución del monumento, una obra que se convertiría en un símbolo destacado del patrimonio histórico de la ciudad.
Un siglo más tarde, el Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, ha culminado la restauración integral de este monumento, con una inversión de 63.000 euros. Los trabajos, supervisados por la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía, se han realizado siguiendo los más rigurosos estándares de conservación.
La restauración incluyó la limpieza superficial de la escultura, la eliminación de restos de suciedad y una limpieza química y mecánica para eliminar pátinas inestables. Según el Ayuntamiento de Sevilla, también se sellaron grietas y se aplicó una capa de protección sobre el metal para frenar la corrosión causada por los elementos ambientales.
El pedestal del monumento fue intervenido con el mismo respeto hacia el diseño original, utilizando técnicas no invasivas para asegurar la conservación de los materiales. «Se limpió por completo este elemento, combinando distintos sistemas para lograr los mejores resultados en las distintas superficies», indicó el consistorio.
Una atención especial se dedicó a las figuras de arenisca que adornan las esquinas del monumento, las cuales se encontraban muy fisuradas debido a las características del material. Tras un tratamiento de consolidación, se garantizó su preservación. Además, se eliminaron grafitis del pedestal y algunas columnas, y se instaló un sistema de protección contra el posado de aves.
El monumento a San Fernando, realizado por Joaquín Bilbao Martínez con el diseño del pedestal de Juan Talavera Heredia, incluye las figuras de Enrique Pérez Comendador, Adolfo López, José Lafita Díaz y Agustín Sánchez Cid, que representan a los personajes históricos que acompañaron al rey en la conquista de Sevilla: Alfonso X El Sabio, el arzobispo Don Remondo, Garci Pérez de Vargas y el almirante Bonifaz.
Este monumento no solo es un testimonio de la devoción sevillana, sino también un símbolo del proceso de renovación urbana que vivió la ciudad en los años previos a la Exposición Iberoamericana de 1929. A cien años de su inauguración, sigue siendo un emblema de la identidad de Sevilla, renovado y preparado para las generaciones futuras.
Fuente ABC