Fue la primera coronación canónica celebrada en toda Andalucía. La Virgen de los Reyes está coronada canónicamente por rescripto dictado por el Capítulo de San Pedro el 19 de marzo de 1904, siendo el promotor de este acontecimiento el Beato Marcelo Spínola, entonces arzobispo de Sevilla.
En la mañana del sábado día 3 de diciembre de 1904, Fernando Vives, autor de las coronas de la Virgen y del Niño Jesús, entregó las preseas a la junta de coronación. Esa misma tarde también se hizo entrega del manto que la Virgen estrenó.
Ya el día 4 se celebró la ceremonia de la coronación, disponiéndose la Virgen en el trascoro de la Catedral bajo un dosel de terciopelo rojo bordado en oro, sirviendo de frontal el que se usaba en el Corpus, y adornado con candelería de plata. Juan Manuel Bermúdez escribe en su libro que «el alcance que tuvo esta celebración litúrgica es fácil de imaginar nada más con ver las autoridades eclesiásticas que asistieron, entre ellos el nuncio apostólico monseñor Arístides Rinaldini y el arzobispo de Toledo y Primado de España, cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás, que fue quien coronó a la Virgen. «Los barrios de Sevilla -continúa Bermúdez Requena- amanecieron el domingo 4 con el toque de diana de las bandas de música del Ayuntamiento, la de los Salesianos y la infantil de la Macarena (…). A las cuatro de la mañana habían repicado las campanas de todas las iglesias».
En cuanto al Pontifical, se leyó primero el documento concesorio de la coronación y luego se bendijeron las coronas. Ofició el nuncio de Su Santidad. Una vez terminado el Pontifical, y previo al acto de coronación, se leyó un telegrama de S. M. el Rey Alfonso XIII, que concedía el indulto solicitado por el arzobispo Marcelo Spínola para librar a un hombre de la pena de muerte, Miguel Molina. Luego llegó el momento de la coronación en sí y los vivas y vítores de todos los presentes.
Posteriormente, la procesión de la Virgen por las calles, totalmente engalanadas y abarrotadas de público. El paso presentaba la novedad de la supresión del palio. Culminó sobre las tres menos cuarto de la tarde, entrando el paso con la Virgen mirando al pueblo.