La Hermandad de la Santa Cena de Motril vivió en la tarde de ayer sábado un acontecimiento histórico con la bendición de la nueva imagen de Santo Tomás Apóstol, la undécima figura que pasa a incorporarse al imponente conjunto escultórico del misterio. La obra, firmada por el escultor e imaginero Ángel Asenjo, continúa completando uno de los grupos procesionales de mayor proyección de la Semana Santa de la Costa Tropical.
Una imagen sedente, articulada y de vestir, fiel a la tradición imaginera andaluza
La nueva talla de Santo Tomás es una imagen sedente “de vestir”, ejecutada en madera de cedro real y totalmente articulada. Asenjo ha recurrido a una policromía al óleo bruñido, técnica clásica de la imaginería barroca, reforzada con ojos de cristal soplado y pintado a mano, que aportan naturalismo y profundidad a la expresión del Apóstol.

Santo Tomás, el Apóstol del desconcierto: expresividad y dramatismo barroco
La figura ocupará el lateral derecho del paso, aunque su comprensión plena se alcanzará cuando el conjunto de Apóstoles esté finalizado, al tratarse de un grupo narrativo y compositivo donde volúmenes y gestos se complementan entre sí.
En esta interpretación, Santo Tomás muestra un rostro alterado y declamatorio, una respuesta plástica al dramatismo provocado por el anuncio de la traición durante la Última Cena. La imagen aparece girada hacia el espectador, señalando con el dedo al supuesto traidor, un recurso expresivo típicamente barroco que rompe la cuarta pared y hace partícipe al pueblo.
La boca entreabierta parece pronunciar la célebre pregunta evangélica: «¿Seré yo?», y en su interior puede apreciarse un minucioso trabajo de tallado en dientes y lengua, sello distintivo del detallismo del imaginero.
Iconografía y presencia histórica de Santo Tomás en el arte
El nombre de Tomás significa “gemelo” y su festividad litúrgica se celebra el 3 de julio, fecha tradicional de su martirio. Suelen representarlo sus atributos: la lanza —instrumento del martirio— o la escuadra, en referencia a su papel como arquitecto de la fe.
A lo largo de la historia del arte, Santo Tomás ha sido representado por grandes maestros como Velázquez, Luis de Morales, Juan de Juanes o El Greco, síntoma del profundo interés artístico por su figura como símbolo de duda, búsqueda y revelación.


