Todo un honor volver a esta familia moguereña, donde me siento tan querido, y todo un honor poner de nuevo sobre el lienzo los pinceles que le han dado color a un año especial junto a la Virgen.
Papel prensado sobre tabla es el soporte utilizado para el anuncio de este aniversario. Como técnica pictórica, se han utilizado veladuras de café, sanguina, grafito, acuarela, acrílico y también el óleo.
Nuestra Señora de la Soledad se sitúa en el eje central de la pintura, vestida de reina, con los atributos de orfebrería que la caracterizan como son su corona y ráfagas. La indumentaria de la imagen de la Virgen está tratada con veladuras de acuarelas y café, otorgando esas sombras y volúmenes, a la vez de esos colores tierras y ocres.
El profundo dolor y la soledad que sintió la Virgen tras la muerte de su hijo en la cruz se simbolizan en la pintura enmarcando a la imagen con algunos atributos pasionistas, tratados con veladuras de sanguinas.
De la letra «S» tornada en sanguina y negro, prende la palabra «Soledad» en mayor tamaño, y de esa misma «S», la palabra «Santo Entierro» por la primitiva vinculación y Hermandad formada entre la «Soledad y Santo Entierro», efeméride que se celebra ahora.


