Cada cuatro días, una procesión recorre Córdoba. La capital cordobesa se ha consolidado como una de las ciudades con mayor actividad religiosa y cofrade de España, con cerca de 200 salidas procesionales y actos devocionales entre el 1 de enero y el 19 de octubre de 2025. La cifra revela un fenómeno único: uno de cada tres días del año las calles acogen alguna manifestación pública de fe.
Una devoción constante que transforma la vida urbana
En los 292 días transcurridos de 2025, Córdoba ha celebrado 95 jornadas con al menos un acto religioso en la vía pública —ya sea una procesión, un traslado, un rosario o un vía crucis—. Esto supone que un tercio del año la ciudad ha tenido imágenes o cortejos recorriendo templos, avenidas y plazas.
El primer gran acto del calendario se vivió el 11 de enero, con la salida procesional de la Hermandad de la Estrella, y desde entonces la actividad cofrade apenas ha descansado. En las últimas semanas, con motivo del Vía Crucis Magno de Córdoba, se han sucedido decenas de traslados que han llenado el casco histórico de público, incienso y sonidos de bandas.
Abril, mes de máxima intensidad cofrade
Los datos recogidos reflejan que abril es el mes con mayor número de jornadas devocionales, con 16 días de procesiones y actos religiosos, coincidiendo con la Semana Santa. Le siguen septiembre, con 10 jornadas, y mayo y octubre, con ocho cada uno.
Incluso los meses más calurosos, junio, julio y agosto, registraron procesiones, confirmando que la actividad cofrade cordobesa no se detiene ni en verano.
Cifras que impresionan: casi doscientos actos en lo que va de año
El recuento de 2025 arroja un balance de:
- 83 procesiones
- 52 vía crucis
- 32 traslados
- 26 rosarios en la vía pública
A todo ello se suman actos extraordinarios organizados por hermandades, parroquias y asociaciones religiosas. En conjunto, casi 200 eventos devocionales que implican cortes de tráfico, dispositivos de seguridad y una reorganización constante de la vida en la ciudad.
Entre la fe, la cultura y el debate ciudadano
El fenómeno no sorprende en una ciudad donde la religiosidad popular forma parte esencial de la identidad local. Sin embargo, el crecimiento sostenido de estos actos ha comenzado a generar debate. El delegado de Hermandades y Cofradías de Córdoba y portavoz del Cabildo Catedral, José Juan Jiménez Güeto, ha afirmado recientemente que “se necesita una reflexión sobre el crecimiento de procesiones y estaciones de penitencia”.
A favor de esta expansión, las hermandades y defensores de la tradición sostienen que las procesiones son también cultura, patrimonio y motor turístico, capaces de atraer visitantes y fortalecer el tejido social. Por otro lado, hay vecinos y comerciantes que reclaman un equilibrio, recordando que cada acto implica afectaciones al tráfico, transporte y actividad comercial.
Impacto económico y convivencia urbana
Hosteleros y empresarios reconocen que los grandes eventos cofrades incrementan las ventas, aunque algunos —como el presidente de Hostecor, Jesús Guerrero— han pedido que se planifiquen fechas que no coincidan con puentes turísticos para evitar saturar la ciudad.
Mientras tanto, Policía Local, Protección Civil y personal municipal participan en los dispositivos de seguridad de cada salida, cuyo coste económico total aún no ha sido hecho público por las administraciones.
Córdoba, una ciudad en procesión permanente
Con los datos actuales, Córdoba se consolida como una de las capitales españolas con mayor densidad devocional. La probabilidad de encontrarse una procesión en cualquier día del año supera el 25 %, y si se incluyen todos los actos religiosos, asciende al 32 %.
Esa presencia constante en la calle refleja una realidad indiscutible: Córdoba vive su fe de manera pública, intensa y continua, en una simbiosis entre devoción, arte y tradición que define el pulso espiritual de la ciudad.


