El arzobispo de Granada, Monseñor José María Gil Tamayo, ha expresado su preocupación por el incremento de las procesiones extraordinarias en la ciudad, señalando que la actividad cofrade debe centrarse en su dimensión espiritual y no limitarse a ser una «oferta de Fitur».
En un encuentro con los medios celebrado en la Curia con motivo de la festividad de San Francisco de Sales, patrón de periodistas y comunicadores, Monseñor Gil Tamayo destacó la importancia de mantener la riqueza de fe que caracteriza al movimiento cofrade, pero advirtió sobre las posibles consecuencias de priorizar aspectos estéticos, turísticos o comerciales.
Un llamado al respeto del tiempo litúrgico
El arzobispo subrayó la necesidad de respetar el tiempo litúrgico de la Semana Santa como momento central para las estaciones de penitencia, afirmando:
«No se trata de sacar aquí para fomentar el turismo a los santos a la calle, esto es otra cosa».
Asimismo, señaló que un aumento desmesurado de procesiones podría causar inconvenientes como problemas de movilidad en la ciudad y comprometer la seguridad, además de desvirtuar la esencia espiritual de estas celebraciones.
Críticas a la banalización de la Semana Santa
Monseñor Gil Tamayo también se mostró contrario a la visión de la Semana Santa como una «fiesta de primavera», y subrayó la responsabilidad de los obispos en proteger su significado:
«Si no se tiene en cuenta, nos estamos cargando la Semana Santa y a eso no estamos dispuestos los obispos».
Otros temas abordados
Durante la charla, el arzobispo también destacó avances en la organización de la Curia, como la inclusión de mujeres en roles directivos, y confirmó que la diócesis prepara la primera ordenación de un diácono permanente casado, prevista para el último trimestre del año.
Con estas declaraciones, Monseñor Gil Tamayo ha reafirmado su compromiso con preservar la profundidad espiritual y el propósito original de las tradiciones cofrades, instando a un equilibrio entre la fe y otros aspectos culturales o turísticos.

