La ciudad vive días de especial significado cofrade ante la inminente vuelta de la Hermandad del Cristo de la Expiración a la iglesia de San Telmo, un acontecimiento que marcará un antes y un después en la historia reciente de la corporación. La cercanía de esta fecha ha reavivado el interés por distintos aspectos patrimoniales de la hermandad, algunos de ellos vinculados directamente a la iconografía de su venerado Titular.
Una cofradía histórica en constante transformación
La Hermandad del Cristo de la Expiración, referente indiscutible del Viernes Santo, atesora una dilatada trayectoria que la sitúa entre las corporaciones más antiguas de la ciudad. A lo largo de los siglos, su patrimonio artístico y su estética procesional han experimentado distintas etapas de evolución, adaptándose a corrientes artísticas, restauraciones y decisiones devocionales propias de cada época, sin perder su identidad.
La concepción primitiva del Crucificado
Uno de los elementos que más atención suscita en estos días es la propia imagen del Cristo de la Expiración, talla realizada por Juan Luis Vasallo Parodi. Actualmente, el crucificado es ampliamente reconocido por portar una larga melena de pelo natural, un rasgo que se ha consolidado en la memoria colectiva de los fieles y devotos.
Sin embargo, los estudios históricos y la documentación gráfica conservada revelan un dato poco conocido por el gran público: el escultor concibió originalmente la imagen con el cabello tallado en la madera. Prueba de ello son diversas fotografías y grabados históricos en los que el Señor aparece sin la melena postiza, mostrando una estética diferente, más cercana a la intención inicial del autor.


