En una jornada que quedará grabada en los anales de la historia cofrade de Sevilla, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder ha salido a las calles ataviado con su emblemática túnica persa, una joya del bordado sevillano diseñada en 1908 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Este acontecimiento, enmarcado en el traslado y la procesión de clausura del II Congreso de Hermandades, marca un momento histórico, ya que han pasado casi noventa años desde la última vez que el Señor lució esta prenda en una salida procesional.
Una obra maestra del bordado sevillano
La túnica persa, estrenada en 1908, es una pieza única que destaca por su inspiración en el estilo mudéjar, con elementos arquitectónicos y ornamentales que se traducen en delicados bordados. La obra incorpora lazos apuntados, trenzas y otros detalles, visibles en el cuello y las bocamangas, todo bordado en oro sobre terciopelo morado. En sus inicios, la pieza fue confeccionada sobre seda morada con tisú de oro, pero en 1910 se optó por un terciopelo más sobrio, según el testamento de Antonio Mejías, hermano mayor de la Hermandad en aquella época.
El diseño también es rico en simbolismo. En el tejido se encuentran representados el alfa y el omega, letras que simbolizan el principio y el fin en la tradición cristiana, así como la corona del Rey de Reyes, en alusión a la divinidad de Jesús. Esta túnica ha sido tradicionalmente utilizada durante el ciclo litúrgico de la Navidad, en el Solemne Quinario que comienza el 1 de enero, y en la Epifanía, fechas de gran significado para la Hermandad.
Una aparición histórica: casi un siglo después
La última vez que el Gran Poder vistió esta túnica en una procesión fue en 1939, como parte de una salida extraordinaria en acción de gracias por el fin de la Guerra Civil Española. Desde entonces, la túnica ha sido utilizada únicamente en ceremonias internas y contextos litúrgicos específicos, lo que convierte esta ocasión en un hito sin precedentes para los fieles y devotos del Señor de Sevilla.
Preparativos para la procesión magna
La efigie, una de las obras cumbre de la imaginería barroca española esculpida por Juan de Mesa, ya está dispuesta sobre su paso procesional, tras los intensos preparativos realizados la noche del pasado martes. Solo restan pequeños detalles, como la colocación de los faroles que iluminarán al Señor en su recorrido. La imagen del Gran Poder, con su majestuosa túnica persa, no solo evoca una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad, sino que también deja un legado visual inédito, ya que hasta ahora no existían imágenes en color de la talla con esta prenda en una salida procesional.


