El Obispado de Córdoba ha tomado una decisión contundente respecto a la Salud de Puerta Nueva, suspendiendo todas sus actividades, destituyendo a su hermano mayor, Rafael Cano, y nombrando como comisario episcopal a José Ignacio Aguilera, hermano mayor de la Hermandad del Remedio de Ánimas. Esta medida se basa en un decreto que argumenta el incumplimiento de requisitos esenciales para su reconocimiento como hermandad de penitencia.
Según el documento, la Pro-Hermandad de la Salud no ha cumplido con las directrices establecidas por la Delegación Diocesana para Hermandades y Cofradías, intentando fusionarse con la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen sin la debida autorización. Además, se señala la realización de una Estación de Penitencia con hábito nazareno sin el conocimiento de la autoridad diocesana, lo que se considera una estrategia para obtener reconocimiento de manera prematura.
Otro de los argumentos del decreto menciona la existencia de denuncias en el ámbito civil y penal por presuntas irregularidades en las reuniones de la Junta de Gobierno, generando conflictos internos dentro de la parroquia. Asimismo, se destaca un enfoque excesivo en el desarrollo patrimonial y estético de la corporación, descuidando aspectos esenciales como la evangelización, la vida espiritual de sus hermanos y la labor caritativa.
El decreto establece la suspensión de todas las actividades de la corporación, con la única excepción de la Estación de Penitencia del Jueves de Pasión, en la que podrá procesionar únicamente la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud. Sin embargo, se ha cancelado la primera salida procesional de la Virgen de Regla, que estaba prevista para este año.
A partir de la fecha del decreto, cesa la actual Junta de Gobierno y se otorgan plenos poderes al Comisario Episcopal, quien tendrá la facultad de nombrar colaboradores y organizar el futuro de la Pro-Hermandad. La normalización de la situación determinará cuándo podrán convocarse nuevas elecciones para designar un nuevo hermano mayor.
Este acontecimiento ha generado incertidumbre entre los hermanos de la corporación y el mundo cofrade cordobés, a la espera de una explicación oficial por parte de las autoridades eclesiásticas. La decisión, considerada drástica, ha impactado a los más de 350 hermanos de la corporación, en especial a los más de 200 nazarenos que participaron en la última Estación de Penitencia y que podrían haber aumentado en número este año.

