La serie “Sevilla en Jerez” nos lleva en esta ocasión a la Hermandad de las Cinco Llagas, con sede en el convento de San Francisco y protagonista de la Madrugá del Viernes Santo en Jerez de la Frontera. Una corporación histórica que, además de su profunda devoción, mantiene sorprendentes vínculos artísticos con la Semana Santa de Sevilla.
Dos palios con un mismo sello
El paso de palio de María Santísima de la Esperanza de San Francisco guarda un evidente paralelismo con el de la Virgen de la O de Triana. A simple vista parecen dos obras distintas, pero al fijarse en la crestería de los bordados se aprecia un diseño prácticamente idéntico, salvo en el remate central: la corona real que adorna el palio sevillano no está presente en el jerezano.
La explicación es clara: ambos palios fueron diseñados por el mismo autor, el bordador sevillano Guillermo Carrasquilla, a mediados de los años cincuenta del siglo XX. El frontal bordado del palio de la O se estrenó en 1957, mientras que el de la Esperanza de San Francisco procesionó completo en 1959.

Bordados, manto y orfebrería
El conjunto de la Esperanza de las Cinco Llagas está formado por un palio de caídas y techo en color rojo, bordados en oro, que se combina con un manto verde también bordado en oro. Una estética que recuerda a la que durante años lució el palio de la Esperanza Macarena.
La orfebrería fue realizada por Manuel Seco, salvo la corona de la Virgen, obra de Eduardo Seco. La dolorosa es una talla anónima, atribuida al círculo de Juan de Astorga, adquirida en Sevilla en 1951 por José Soto Ruiz.
La cruz de guía y la inspiración en Pasión
Otro elemento que acerca esta hermandad jerezana a Sevilla es la cruz de guía, inspirada en la de la Hermandad de Pasión. Mientras que la sevillana, obra de Miguel Palomino (1805), es uno de los tesoros de su patrimonio, la de las Cinco Llagas fue realizada en los talleres de Villarreal en los años sesenta en plata y carey, con un diseño más sencillo pero de clara influencia hispalense.
El Señor de la Vía Crucis
El primer paso de la hermandad lo preside Nuestro Padre Jesús de la Vía Crucis, obra maestra de Ramón Chaveli realizada en 1940. Esta talla supuso un cambio en la iconografía de la cofradía, que en sus orígenes representaba la Lanzada de Cristo, origen del nombre de Cinco Llagas.
El Nazareno procesiona sobre un paso tallado por José Ovando (1950-1952), adornado con cartelas que narran las estaciones del Vía Crucis y con un monte de césped natural, rasgo singular en la Semana Santa de Jerez.
El “Silencio Blanco” de Jerez
Al igual que la Hermandad de la Amargura en Sevilla, la cofradía de las Cinco Llagas recibe el sobrenombre de Silencio Blanco. Sus nazarenos visten túnica blanca y ninguno de sus pasos lleva acompañamiento musical, lo que otorga a su estación de penitencia un carácter de recogimiento único dentro de la Semana Santa jerezana.


