El Vía Crucis, término que en latín significa «camino de la cruz», se erige como un pilar fundamental del rito católico que conmemora la Pasión de Cristo, especialmente durante la Cuaresma, un periodo que inicia el 5 de marzo de 2025 con el Miércoles de Ceniza y culmina con la Semana Santa del 13 al 20 de abril. Según el monje benedictino padre Gabriel Ola, esta tradición tuvo sus raíces en el siglo IV, impulsada por Santa Elena, madre del emperador Constantino, quien buscó la Vera Cruz en el Calvario, desencadenando peregrinaciones a Tierra Santa para venerar los lugares santos. Con el tiempo, figuras como San Bernardo de Claraval, San Francisco de Asís y San Buenaventura de Bagnoregio formalizaron las 14 estaciones que recrean el trayecto de Jesús hacia la crucifixión, un rito que desde el siglo XVII se expandió globalmente como expresión de fe y que hoy se reza especialmente los viernes de Cuaresma, destacando el Viernes Santo por su representación teatral en muchas comunidades.
Compuesto por 14 estaciones —ampliadas a 15 con la Resurrección por San Juan Pablo II—, el Vía Crucis narra desde la condena de Jesús (Mateo 27:1-31) hasta su sepultura (Lucas 23:50-55), con citas bíblicas que sustentan cada momento, como la carga de la cruz (Juan 19:17), las caídas (Isaías 53:4-6), el encuentro con María (Lucas 2:34-35), la ayuda del Cirineo (Mateo 27:32) o el despojo de vestiduras (Mateo 27:35), culminando con la esperanza de la Resurrección (Lucas 24:5-6). El padre Ola explica que este devocionario no solo revive el sufrimiento de Cristo, sino que invita a los fieles a solidarizarse con los enfermos, prisioneros y afligidos, manteniendo viva la memoria de la redención. En parroquias y comunidades, se distribuyen imágenes o se organizan procesiones para recorrer física o mentalmente este camino, un ejercicio que trasciende lo litúrgico para convertirse en un acto de reflexión y oración universal, especialmente relevante en la Cuaresma 2025, cuando los católicos buscan conectar con el sacrificio de Jesús y la promesa de su victoria sobre la muerte.


