La localidad de Cabra vivirá el próximo sábado un acontecimiento de gran relevancia religiosa con el traslado extraordinario de vuelta del Señor de la Salud, que regresará en andas a su sede tras completar su tradicional misión pastoral, un evento que se celebra cada cinco años y que moviliza a numerosos fieles y devotos. Este traslado representa una ocasión única para acompañar al Señor de la Salud en un recorrido lleno de fervor y recogimiento, en el que los vecinos de Cabra podrán expresar su devoción a lo largo del itinerario.
El cortejo dará comienzo a las 11:00 horas, partiendo desde la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo, y recorrerá un extenso itinerario por distintas calles del municipio hasta su llegada a su sede canónica. El trayecto previsto abarcará Plaza José Solís, San Francisco, Antonio Machado, Santa Teresa de Jornet, Avenida Andalucía, Plaza de Abastos, San Marcos, Nicolás Albornoz, Avenida José Solís, Plaza de España, Santa Rosalía, Muñiz Terrones, Cervantes, José de Silva, Plaza Vieja, Tinte, Platerías, Gonzalo Silva, Bachiller León, La Fuente y Cuesta de San Juan, con una duración aproximada hasta las 15:00 horas.
Este traslado extraordinario, que se enmarca dentro de la misión quinquenal de la imagen, es una oportunidad para que los fieles participen activamente en la manifestación pública de fe, acompañando al Señor de la Salud en oración y devoción. Se espera una gran afluencia de personas que, con respeto y fervor, se unirán al cortejo a lo largo del recorrido.
Desde la organización, se invita a los vecinos de Cabra a engalanar sus calles y balcones al paso del Señor, creando así un ambiente solemne y propicio para este acto de religiosidad popular. El acompañamiento musical aún está por determinar, aunque se prevé que la procesión se desarrolle con el recogimiento característico de estos traslados extraordinarios.
El Señor de la Salud, cuya devoción está profundamente arraigada en la localidad, regresa a su sede tras haber cumplido con su labor evangelizadora en la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo, fortaleciendo la fe y la comunión entre los fieles. Este traslado no solo supone un acto de culto, sino también un momento de renovación espiritual para la comunidad.


