La Hermandad del Trabajo ha hecho público el diseño de la que será la futura corona de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Luz, una creación que ya se ha convertido en uno de los proyectos artísticos más esperados del Zaidín y de toda Granada. La obra, diseñada por el prestigioso artista Álvaro Abril Vela, destaca por su fuerte carga simbólica, su estética barroca y una profunda representación de la identidad del barrio, de la devoción a la Virgen y de la espiritualidad eucarística que define a esta corporación.
Inspirada en el lema «Reina del Zaidín, tu barrio te corona…», la pieza ha sido concebida como una auténtica joya en forma de custodia luminosa, evocando la esencia de la Parroquia del Corpus Christi, sede canónica de la Hermandad. Su silueta circular, elegante y resplandeciente, integra piedras preciosas rojas que resaltan sobre el oro, recordando los tonos propios de la Virgen de la Luz. En el centro del canasto destaca un espejo rodeado por dos grandes ráfagas concéntricas, diseñadas para representar un haz de luz. En ellas se alternan símbolos eucarísticos —uvas, espigas— junto a azucenas en alusión a la Catedral de la Encarnación, donde tendrá lugar la Coronación. En lo alto, el orbe culmina la pieza con la inscripción grabada en latín «EGO SUM LUX MUNDI» (“Yo soy la luz del mundo”).
El diseño del canasto es, además, un verdadero homenaje al barrio del Zaidín, pues incluye seis capillas arquitectónicas que representan a todas las parroquias de la zona. La capilla central alberga la custodia procesional del Corpus del Zaidín flanqueada por San Miguel y el Santo Ángel Custodio. Las capillas laterales rinden tributo a María Auxiliadora y a Nuestra Señora de los Dolores, mientras que las posteriores se dedican a la Inmaculada Niña, San Juan María Vianney y San Pío X. Junto a ellas se sitúan pabellones con los tradicionales leones del puente romano, símbolos de unión entre el barrio y la ciudad de Granada, que sostienen los escudos de las principales instituciones implicadas en la efeméride: el Arzobispo de Granada José María Gil Tamayo, el Papa León XIV, el rey Felipe VI y la propia ciudad de Granada.


