La Hermandad de la Esperanza ha dado a conocer en su casa de hermandad la obra pictórica que servirá como portada de las tarjetas de relevo de la cuadrilla de costaleros de María Santísima de la Esperanza con motivo de su participación en el Magno Vía Crucis de Córdoba. La pintura, realizada por el hermano y artista Mario Ramos, se convierte en un homenaje visual cargado de simbolismo que une historia, fe y devoción.
El autor ha trabajado la obra en acuarela sobre papel de dimensiones ligeramente menores a un A4, destacando por la fuerza de los colores y los múltiples detalles que rodean a la imagen de la Virgen. El eje central de la composición es un intenso primer plano de María Santísima de la Esperanza, representada con mirada serena, ojos azulados y mejillas de tonos violáceos y rosados. La imagen aparece ataviada con un tocado de blonda de encaje, coronada por la pieza de salida realizada por Rafael de Rueda y Emilio León, además de una concha dorada que aporta majestuosidad al conjunto.
En el pecho, Ramos ha situado ramilletes de jazmines y dendrobium, flores que vincula a recuerdos familiares y a las primeras salidas procesionales de la Virgen. Bajo estas flores blancas se reconoce un detalle arquitectónico del arco de la Catedral de Córdoba que da acceso a la Capilla Real, en el que confluyen el estilo califal y el renacimiento. En ese espacio aparecen angelotes con guirnaldas y símbolos tan singulares como un chupete —alegoría de la buena esperanza y de la vida nacida recientemente en el entorno del autor—, además de un Sol y una Luna, referencias a las letanías marianas, y una corneta con tambor que evocan la estrecha unión entre la hermandad y su banda de música.
La parte inferior del cuadro recoge a los dos ángeles esculpidos por Juan Martínez Cerrillo que acompañan a la Virgen de la Esperanza en su capilla durante todo el año. Estos sostienen una lazada en la que se pueden leer unos versos dedicados por José Prieto Sicilia, que cada 8 de diciembre se entonan como plegaria a la Virgen: “Sé la fuente en la que bebo, y el espejo en que me miro, guíame a hacer lo que debo, pon tu luz en mi camino”.
En la zona central de la composición se abre una escena en tonos verdes en la que aparece el paso de palio de la Virgen con el Triunfo de San Rafael al fondo, mientras una paloma blanca simboliza al Espíritu Santo sobrevolando la estampa. Junto a ello destacan tres mariposas azules, representación de la esperanza en la Resurrección y recuerdo personal del autor a sus sobrinos Manuel, Nieves y Álvaro. Todo el cuadro queda finalmente enmarcado por una franja verde, color que de manera indiscutible identifica a la Esperanza.
La presentación de esta obra supone el primer paso visible de la Hermandad hacia su esperada participación en el Magno Vía Crucis, en el que la Virgen de la Esperanza volverá a convertirse en uno de los grandes referentes devocionales de Córdoba.


