En Triana, pocas historias despiertan tanta simpatía y tradición oral como la conocida Leyenda del Calamar Trianero. Un relato transmitido de generación en generación que explica por qué el caballo del paso de misterio del Santísimo Cristo de las Tres Caídas recibe este peculiar sobrenombre.
¿Por qué al caballo se le llama “Calamar”?
En el argot popular trianero, “Calamar” es el nombre con el que se identifica al caballo que monta el romano Quinto Cornelio, personaje conocido cariñosamente en el barrio como Rafaé. Pero lejos de ser un apodo casual, su origen está ligado a la propia historia de la hechura del misterio.
Un misterio nacido del esfuerzo popular
Las imágenes que componen el paso del Cristo de las Tres Caídas fueron realizadas por Antonio Castillo Lastrucci entre los años 1940 y 1942. Su ejecución fue posible gracias a una suscripción popular, en la que vecinos, hermanos y devotos aportaron lo que buenamente podían para costear las figuras.
Cada donativo quedaba registrado en un libro, donde se anotaban tanto los nombres de los colaboradores como la imagen concreta a la que deseaban destinar su aportación. Aquello se convirtió en una auténtica expresión del compromiso del barrio con su hermandad.
El libro que dio origen a la leyenda
Inicialmente, Castillo Lastrucci había proyectado once figuras para el misterio. Sin embargo, finalmente solo se realizaron las que hoy procesionan, quedando fuera, por motivos que nunca quedaron del todo claros, un esclavo etíope que no llegó a incorporarse al conjunto.
Con el paso del tiempo, comenzó a comentarse dentro de la Hermandad que el caballo era la figura que más donativos había recibido. El libro donde se registraban esas aportaciones era, según el decir popular, el que más páginas tenía cubiertas de nombres, cifras y anotaciones.
Y así surgió la expresión que dio lugar a la leyenda:
“El caballo tenía más tinta que un calamar.”
Una respuesta con sabor a Triana
Desde entonces, cuando alguien pregunta con curiosidad cómo se llama el caballo que monta Quinto Cornelio en el misterio de las Tres Caídas, en Triana la respuesta está clara y cargada de tradición:
—Se llama Calamar.
Una pequeña historia que mezcla devoción, ingenio popular y memoria colectiva, y que forma ya parte inseparable del patrimonio inmaterial del barrio de Triana.

