La Hermandad de la Macarena ha dado a conocer de forma pormenorizada todos los aspectos técnicos de la restauración integral de María Santísima de la Esperanza, una actuación de gran calado que ha permitido devolver a la Sagrada Imagen al culto en condiciones óptimas de conservación. La intervención, dirigida por el restaurador Pedro Manzano Beltrán, se ha desarrollado conforme a criterios científicos y patrimoniales, garantizando la preservación de su valor artístico y devocional para las generaciones futuras.
La corporación ha subrayado que el objetivo principal de los trabajos ha sido asegurar la estabilidad estructural de la imagen y recuperar su fisonomía original, siempre desde el máximo respeto a su historia material y a la intensa vinculación emocional que mantiene con Sevilla.
Restauración estructural y recuperación de la policromía original
El proceso ha abordado con éxito los problemas estructurales detectados en la imagen, permitiendo estabilizar su soporte y garantizar su adecuada conservación. En las zonas visibles, la intervención se ha guiado por dos principios fundamentales: la desrestauración y la restitución postraumática.
La desrestauración ha consistido en la eliminación de añadidos ajenos a la talla original, entre ellos pastas de madera incorporadas en intervenciones anteriores, capas superpuestas de color y barnices que alteraban la lectura estética de la obra. Asimismo, se ha recuperado la línea palpebral original y se han sustituido las pestañas por otras más acordes con la morfología histórica del rostro, atendiendo a estudios comparativos y documentación gráfica antigua.
En cuanto a la restitución postraumática, no ha sido necesaria la reconstrucción de párpados ni de otros elementos relevantes, ya que estos se conservaban en buen estado una vez retiradas las intervenciones recientes. La policromía original se ha reintegrado únicamente allí donde resultaba imprescindible, respetando el envejecimiento natural de la imagen y siguiendo una metodología plenamente reversible.
Detalles históricos y tratamientos específicos
Uno de los puntos más delicados de la restauración ha sido la conocida mancha histórica de la mejilla izquierda, consecuencia de la unión de dos piezas del soporte de madera. Esta singularidad, considerada parte intrínseca de la historia material de la Virgen, ha sido corregida a nivel estructural e integrada cromáticamente de forma muy sutil, manteniendo su presencia como testimonio del devenir de la imagen.
Del mismo modo, se han respetado los surcos de las lágrimas y otras huellas históricas, que han sido atenuadas pero no eliminadas, reforzando la unidad formal sin borrar elementos que forman parte de su identidad. Tras la limpieza, las lágrimas presentan un aspecto renovado, libres de restos de adhesivos y materiales añadidos en anteriores actuaciones.
Intervención en las manos y conservación de la huella devocional
Las manos de la Virgen de la Esperanza han recibido un tratamiento acorde al aplicado en el rostro. Se ha eliminado la reintegración realizada en junio de 2025 y se ha restaurado la policromía original, preservando de manera consciente la llamada huella devocional, fruto del contacto continuado de los fieles a lo largo del tiempo.
Esta huella podrá volver a manifestarse con cada celebración del besamanos, manteniendo viva esa relación histórica y emocional entre la imagen y sus devotos, sin comprometer la conservación de la talla.
Un hito en la conservación del patrimonio macareno
La finalización de esta restauración integral supone un hito en la conservación del patrimonio artístico y religioso de la Hermandad de la Macarena. La Virgen de la Esperanza vuelve al culto con una intervención que conjuga rigor técnico, sensibilidad histórica y profundo respeto a su dimensión devocional, asegurando que su belleza y significado sigan siendo contemplados en plenitud durante las próximas décadas.


