Este año, la ciudad de Sevilla celebra el centenario de una de sus marchas procesionales más emblemáticas: «La Estrella Sublime» de Manuel López Farfán. Compuesta en 1925 durante su dirección de la Banda del Regimiento Soria 9, esta obra se ha convertido en un pilar fundamental de la música cofrade de la Semana Santa sevillana.
«La Estrella Sublime» fue inicialmente dedicada a la Virgen de la Hiniesta, aunque con el tiempo, la Hermandad de la Estrella la adoptó como parte esencial de su repertorio, dándole un carácter distintivo en sus procesiones. Esta marcha representa un hito en la música procesional, destacando por su innovación y por apartarse del estilo más fúnebre que predominaba en aquel entonces. Comienza con una explosión de júbilo, marcando el inicio de una nueva era en la música cofrade.
Manuel López Farfán, uno de los compositores más influyentes del siglo XX en este ámbito, no solo dejó su huella con «La Estrella Sublime» sino también con otras obras notables como «Nuestra Señora del Mayor Dolor» (1927), «La Virgen en sus Lágrimas» (1926), y «La Victoria de María» (1921). Sin embargo, fue con «Pasan los Campanilleros» en 1924 cuando Farfán demostró su audacia compositiva, preparando el terreno para la creación de «La Estrella Sublime» al año siguiente, una marcha que ha sido aclamada por su belleza inigualable.
El nombre de la marcha puede llevar a confusión, ya que aunque parezca vinculada a la Virgen Estrella de Triana, en realidad está dedicada a la Virgen de la Hiniesta, que también procesiona el Domingo de Ramos en Sevilla. Esta pieza no solo es una celebración musical sino también un testimonio de la evolución de la Semana Santa sevillana, reflejando la alegría y la devoción que caracterizan a estas festividades.
Este centenario es una oportunidad para recordar y honrar el legado de Manuel López Farfán y para que las bandas y hermandades de Sevilla reinterpreten esta joya musical en sus procesiones, conservando y revitalizando la tradición.


