Si preguntas en Córdoba por el famoso caimán de La Fuensanta, es probable que te cuenten una historia fabulosa: la de una temible bestia que, tras remontar el Guadalquivir sembrando el pánico, fue abatida heroicamente por un hombre cojo con un garrote. Una gesta que, como ocurre con muchas leyendas populares, se ha transmitido de generación en generación con todo lujo de detalles… aunque no sea cierta.
La realidad, sin embargo, es menos épica pero igualmente fascinante.
Un caimán americano colgado en una ermita cordobesa
Desde hace siglos, el cadáver embalsamado del caimán cuelga de uno de los patios de la ermita de La Fuensanta, en Córdoba. Su presencia ha alimentado el imaginario colectivo durante generaciones, encantando a niños y mayores. Junto a él, incluso puede verse aún el supuesto “garrote” con el que fue vencido, ofrecido como exvoto. Pero la historia real dista mucho de la versión heroica que se ha popularizado.
¿Quién trajo el caimán a Córdoba?
Ya en 1873, el cronista Teodomiro Ramírez de Arellano dejó constancia del verdadero origen del animal en su clásico libro Paseos por Córdoba. En sus páginas relata que el caimán no fue cazado en la ciudad, sino traído desde América como parte de una colección de curiosidades enviadas por viajeros cordobeses. En el mismo envío llegaron también una costilla de ballena, el caparazón de una tortuga, una sierra de pez sierra, y otros objetos exóticos.
Es decir: el caimán nunca nadó por el Guadalquivir. Nunca aterrorizó a los vecinos. Nunca fue vencido por un cojo. Fue, simplemente, un regalo de ultramar que con el paso del tiempo se convirtió en mito.
¿Podría un caimán llegar a Córdoba por su cuenta?
La respuesta es rotunda: no. Los caimanes son animales americanos, que habitan exclusivamente en regiones tropicales y subtropicales de América, desde México hasta el sur de Sudamérica. Para llegar a Córdoba por sus propios medios, tendría que haber cruzado el océano Atlántico. Algo biológicamente imposible.
Aun así, la leyenda persiste. Incluso hoy, con acceso a información verificada y fuentes como Wikipedia, muchos prefieren la versión del monstruo fluvial y el cojo heroico. Porque en el fondo, como ocurre con tantas otras historias populares, la verdad no siempre puede competir con la fuerza del relato.
Un símbolo entre mito, devoción y cultura
El caimán de La Fuensanta se ha convertido en mucho más que un animal disecado. Es parte del patrimonio sentimental de Córdoba. Una figura que ha trascendido su naturaleza para convertirse en símbolo de una devoción y de una tradición oral viva. Y aunque sepamos que su historia real comenzó a miles de kilómetros, en América, su leyenda sigue viva entre los muros de la ermita… y en la memoria de quienes siguen contando la historia a los más pequeños.

