La Hermandad de la Macarena celebró el pasado domingo 9 de noviembre su cabildo ordinario de cuentas, una cita marcada por la aprobación de las cuentas anuales del ejercicio 2023/2024, el presupuesto para 2025/2026 y la confirmación de que las cuotas de los hermanos se mantendrán sin cambios para el nuevo año.
Durante el cabildo, la corporación también dio luz verde a la celebración de una función conmemorativa cada 3 de diciembre en honor a la Rosa de Oro, una iniciativa incluida en el programa de Fernando Fernández Cabezuelo que ya se incorpora oficialmente al calendario macareno. Asimismo, se aprobó una misa especial el 12 de diciembre por el hermanamiento con la Basílica de Guadalupe de México, reforzando así los lazos espirituales entre ambas devociones.
La Hermandad presentó además el diseño de la insignia conmemorativa de la Rosa de Oro y el proyecto de recuperación de la histórica túnica de los cuernos de la abundancia, una de las piezas más emblemáticas del ajuar de la Virgen.
Sin fecha para el regreso al culto de la Virgen de la Esperanza
Uno de los puntos más esperados del cabildo fue el informe sobre el estado de la Virgen de la Esperanza Macarena, elaborado por el restaurador Pedro Manzano. En su exposición, se detalló que la fase de consolidación estructural de la imagen ya está concluida, dando paso a la etapa final del proceso, centrada en la limpieza de la encarnadura del busto y las manos, el estucado y el enrasado de la capa de preparación previa a la reintegración cromática.
Sin embargo, no existe aún una fecha concreta para la finalización de los trabajos ni para el regreso de la Sagrada Imagen al culto. La Hermandad ha insistido en que el proceso se está realizando con el máximo rigor técnico y respeto a la devoción que la Virgen despierta entre los hermanos y fieles.
El informe de Pedro Manzano: una restauración minuciosa
El restaurador explicó que el pasado 8 de septiembre se dio por finalizado el tratamiento de anoxia realizado por la empresa Samitech bajo su supervisión. Durante 24 días, la imagen permaneció en una cámara con un 0,00% de oxígeno para eliminar cualquier microorganismo, garantizando así la conservación de la talla.
Tras esta fase, se inició la intervención directa sobre la imagen, incluyendo la extracción de un clavo de forja en la parte posterior que afectaba a un nudo de la madera y la toma de muestras para descartar presencia de hongos activos, resultados confirmados por el IAPH. También se retiraron las pestañas y lágrimas para proceder a la limpieza del rostro, recuperando la línea original de los párpados sin alterar la policromía.
La Virgen fue sometida a un nuevo TAC en el Centro Nacional de Aceleradores, que confirmó el éxito de la consolidación estructural. Además, se corrigió la desviación del perno de sujeción de la corona, reposicionándolo en el eje central del rostro.
Actualmente, los trabajos avanzan en su fase final, centrada en devolver el esplendor original a la talla, con la máxima garantía de conservación para las generaciones futuras.
Confianza plena en el restaurador y respeto por los tiempos
La Junta de Gobierno de la Hermandad ha reiterado su plena confianza en la labor de Pedro Manzano y en la Comisión de Seguimiento del proceso, asegurando que el único objetivo es que la Virgen de la Esperanza Macarena regrese en todo su esplendor, con la tranquilidad de saber que su estado de conservación será óptimo y duradero.
Hasta que ese momento llegue, la espera se vive con emoción y fe entre los hermanos y devotos, que aguardan el día en que la Señora de San Gil vuelva a ocupar su lugar en el altar mayor de la Basílica de la Macarena.


