La capilla de La Bajadilla sufre cuatro robos en un año, con pérdidas de joyas, donativos y daños estructurales, obligando a la Hermandad a tomar medidas drásticas para proteger a la patrona de la ciudad.
La Hermandad de la Virgen del Carmen Coronada de Marbella ha tomado la difícil decisión de retirar del culto público a la patrona de la ciudad tras una serie de robos y actos vandálicos que han afectado su capilla en La Bajadilla. Según Raúl Domínguez, tercer teniente de Hermano Mayor, la medida busca garantizar la seguridad de la sagrada imagen hasta que se implementen sistemas de protección más robustos.
Cuatro robos en un año: un golpe a la devoción marbellí
El último incidente ocurrió el pasado Jueves Santo, cuando desconocidos forzaron la entrada a la capilla, sustrayendo un rosario, un escapulario, joyas de oro y el dinero de los donativos, con pérdidas estimadas en unos 1.000 euros. Este robo se suma a otros tres registrados en el último año, acompañados de destrozos en muebles, ventanas y cristales. A pesar de haber reforzado la seguridad con rejas y sistemas de hierro, los delincuentes lograron acceder al recinto.
“Es una situación que nos indigna y entristece profundamente. No comprendemos cómo alguien puede profanar una imagen tan amada por Marbella”, expresó Domínguez, reflejando el sentir de los devotos. La Hermandad aún no ha establecido una fecha para reanudar el culto público, priorizando la búsqueda de un lugar seguro para la Virgen.
Una patrona venerada por generaciones
La Virgen del Carmen, proclamada patrona de Marbella en 2012 tras una campaña popular, es un símbolo de unión para los marbellíes. Su devoción trasciende generaciones, desde los mayores hasta los más jóvenes, y su imagen está profundamente arraigada en la identidad de la ciudad. En 2024, la coronación canónica de la Virgen, celebrada con una multitudinaria ceremonia presidida por el obispo de Málaga, Jesús Catalá, reafirmó su importancia espiritual y cultural.
El fervor por la Virgen se remonta al siglo XVIII, cuando Juan Dionisio Marmolejo fundó la primera capilla en su honor en la calle Carmen. Desde entonces, su culto ha crecido, extendiéndose por la ciudad y consolidándose en lugares emblemáticos como el Puerto Deportivo Virgen del Carmen, donde una talla en la bocana guía a los marineros.
Actos vandálicos que desafían la fe
Los reiterados ataques a la capilla han generado consternación entre los vecinos, que recuerdan con cariño hitos como la entrega de la medalla de la ciudad a la Virgen en 2012. “Es incomprensible que se atente contra un símbolo tan querido”, lamenta Ana Belén Haro, Hermana Mayor de la Hermandad. Los daños materiales, aunque significativos, palidecen ante el impacto emocional que estos actos tienen en la comunidad.
Mientras la Hermandad evalúa soluciones, como la instalación de sistemas de seguridad avanzados o el traslado temporal de la imagen, los devotos solo han podido acercarse a la Virgen durante eventos puntuales, como las Cruces de Mayo. La incertidumbre sobre su retorno al culto público mantiene en vilo a una ciudad que venera a su patrona con orgullo y devoción

