La Divina Pastora de Santa Marina vivirá esta semana uno de los momentos más esperados de su historia reciente. Con motivo de su coronación canónica, la imagen regresará a los templos y capillas que marcaron sus más de tres siglos de devoción en Sevilla. Será un recorrido cargado de simbolismo, muy similar al que ya protagonizó en 2003, cuando se celebró el tercer centenario de la creación de esta advocación mariana.
El origen de la hermandad en San Gil
El primer templo que vuelve a situarse en el corazón de la conmemoración es la parroquia de San Gil, lugar donde nació la hermandad en 1703. Allí todavía se conservan testimonios de aquel origen: azulejos, detalles patrimoniales y hasta miniaturas del libro de reglas que representan a la Virgen con Santa Ana.
San Gil fue, por tanto, la primera sede de la Divina Pastora antes de su traslado definitivo a Santa Marina, donde permanecería más de dos siglos.
La larga permanencia en la iglesia de Santa Marina
En la iglesia de Santa Marina se construyó la primera capilla propia para la Divina Pastora, situada en la actual ubicación de la Virgen del Amor de la Hermandad de la Resurrección. Allí la imagen fue venerada hasta 1936, cuando el templo sufrió el devastador incendio al comienzo de la Guerra Civil.
La tragedia pudo haber supuesto la desaparición de la Pastora, pero lo ocurrido se recuerda como un verdadero milagro: aunque los hermanos creyeron que la talla había sido destruida, fue hallada días después intacta, convirtiéndose en una de las pocas imágenes sevillanas que se salvaron de los ataques de aquella época.
La dolorosa etapa fuera de Santa Marina
Tras la Guerra Civil, la hermandad no pudo recuperar su capilla original y comenzó un largo peregrinaje de más de medio siglo por diferentes templos de Sevilla. La corporación residió en lugares como San Martín, hasta que finalmente consiguió asentarse en la capilla del antiguo hospital de los Viejos, en la calle Amparo.
Desde este templo, junto a la feligresía de la zona, la hermandad ha mantenido viva la devoción y ha dado un impulso notable a la fiesta de la Divina Pastora, especialmente con su procesión del tercer domingo de septiembre, que recorre la calle que lleva su nombre en Sevilla.
El recuerdo del “risco” de la Pastora en Santa Marina
Uno de los símbolos más recordados de la devoción en Santa Marina es el conocido “risco” de la Pastora, el altar de gran teatralidad barroca que presidía la capilla antes de 1936. Esta escenografía, que marcó la estética devocional de la hermandad durante siglos, es hoy parte inseparable de la memoria histórica de los pastoreños.
Cultos extraordinarios y vuelta a las sedes históricas
La hermandad ya realizó un recorrido similar en 2003, cuando se celebró el tercer centenario de la devoción pastoreña. Entonces, la Virgen visitó tanto San Gil como Santa Marina, recuperando sus lazos históricos con ambos templos.
En este 2025, la ocasión será aún más solemne: la coronación canónica de la Divina Pastora de Santa Marina. La imagen volverá a los lugares donde arraigó su culto y desde donde se extendió por toda Sevilla, con una serie de cultos extraordinarios que reforzarán la dimensión histórica, devocional y patrimonial de este acontecimiento.

