Los preparativos para la Semana Santa comienzan a intensificarse a medida que avanza enero. Las hermandades de toda España trabajan arduamente para garantizar que todo esté listo para conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Desde ensayos de bandas y costaleros hasta reuniones organizativas, cada detalle se cuida con esmero para lograr que esta tradición luzca en todo su esplendor.
El trabajo interno de las hermandades es clave en esta etapa. Ensayos, restauraciones, planificación de atributos y reuniones son parte del esfuerzo colectivo de miles de cofrades que dedican su tiempo y energía con una entrega que pocas veces se ve. Los costaleros, quienes portan los pasos con imágenes de gran valor histórico y espiritual, se preparan con la ‘igualá’ y los ensayos técnicos para garantizar que todo salga perfecto el día de la procesión. Su labor no solo consiste en cargar el peso físico, sino también en preservar el patrimonio que representan.
La junta de gobierno de cada hermandad supervisa y organiza todos los aspectos necesarios. Encabezada por el hermano mayor, esta cúpula se encarga de contratar bandas, gestionar la logística de túnicas, cera y flores, organizar actos y cultos, y velar por el cumplimiento de los estatutos. Además, el hermano mayor es el representante de la hermandad ante el Obispado y otras instituciones, asegurándose de preservar tanto el patrimonio como la tradición.
Los ensayos de costaleros son fundamentales. Se llevan a cabo con un calendario específico que incluye movimientos técnicos como las ‘levantás’ y el retranqueo, donde se comprueba que todo el paso está seguro y listo para la procesión. Al mismo tiempo, las bandas trabajan en el repertorio musical, coordinando los cambios rítmicos con el andar del paso para garantizar una armonía perfecta entre música y movimiento.
Otras labores como la limpieza de enseres, la reparación de túnicas y la restauración de imágenes son igualmente importantes. Cada cofradía revisa cuidadosamente cada detalle para proteger su legado histórico y garantizar la seguridad de todos los elementos durante las procesiones.
El Miércoles de Ceniza, que este año será el 5 de marzo, marcará el inicio de la Cuaresma. Este período no solo es una preparación espiritual, sino también una oportunidad para que las hermandades presenten carteles, celebren cultos y realicen actos como víacrucis, besamanos y besapiés, que fortalecen el sentimiento cofrade y la devoción de las comunidades.
En la diócesis de Córdoba, más de 700 hermandades trabajan con dedicación para mantener viva esta tradición que une fe, arte y cultura. Desde las grandes cofradías hasta las más pequeñas, todas reflejan la pasión de sus miembros y la riqueza de este legado. Gracias al esfuerzo de tantos, cuando llegue el Domingo de Ramos, la Semana Santa se convertirá en una manifestación de devoción y esplendor, preservando el profundo significado de esta celebración y el sentimiento cofrade que la hace única.

