La Hermandad Sacramental de la Inmaculada Concepción y Primitiva, Fervorosa y Devota Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Salvación y Nuestra Señora de las Penas, conocida como Los Javieres, vivió este miércoles 26 de marzo un momento histórico en su seno. En un cabildo extraordinario de hermanos, la corporación aprobó casi por unanimidad el cambio de su sede canónica desde la Parroquia de Omnium Sanctorum a la Iglesia del Sagrado Corazón, su templo fundacional, con un resultado de 279 votos a favor, 2 abstenciones y 13 en contra.
Un retorno al origen
Este traslado supone la realización de un anhelo largamente acariciado por la hermandad: volver al templo de los jesuitas en la calle Jesús del Gran Poder, donde se fundó en 1955 y permaneció hasta 1977, cuando se vio obligada a mudarse debido a la marcha de la Compañía de Jesús. El regreso coincide con el abandono de la Pastoral Juvenil del Sagrado Corazón en junio de 2024, dejando el templo disponible para nuevas iniciativas pastorales y cofrades.
El cabildo, encabezado por el hermano mayor José Antonio Oliert, también aprobó la modificación de la regla número 2 de la corporación, estableciendo que la sede canónica quedará fijada en la Iglesia del Sagrado Corazón y la Capilla de los Luises, anexa al templo. Asimismo, se acordó solicitar una dispensa al Obispado para aplazar las elecciones previstas para junio de 2025, hasta que se complete el proceso de cesión del templo, un trámite que requerirá gestiones con la Compañía de Jesús y la autoridad eclesiástica.
Un proceso en marcha
A pesar de la aprobación, el cambio no será inmediato. Oliert confirmó que, para la Semana Santa 2025 (13-20 de abril), la hermandad realizará su estación de penitencia del Martes Santo desde Omnium Sanctorum, como viene haciendo desde hace décadas. El traslado efectivo al Sagrado Corazón se llevará a cabo una vez finalizadas las negociaciones y la firma del acuerdo de cesión, un proceso que podría extenderse varios meses.
El hermano mayor, quien ya en 2020 expresó a INRI su disposición a estudiar este retorno con «cautela y condicionantes», destacó las implicaciones económicas del cambio: “Una iglesia supone un coste importante en mantenimiento, conservación, liturgia y personal”. Sin embargo, la oportunidad de recuperar su hogar original ha pesado más que los inconvenientes logísticos.
Polémica en las calles
Aunque el respaldo en el cabildo fue abrumador, no estuvo exento de controversia. Durante la mañana del 26 de marzo, se observaron pasquines en la calle Feria, cerca de Omnium Sanctorum, instando a los hermanos a votar «No» al traslado. Estas voces disidentes, minoritarias según los resultados, reflejan un apego a la actual sede, que ha acogido a la hermandad durante más de 40 años y donde ha consolidado su identidad en el Martes Santo sevillano.
Un sueño que se materializa
El regreso al Sagrado Corazón no solo tiene un valor simbólico, sino que también refuerza la vinculación de Los Javieres con la Compañía de Jesús, presente en su ADN fundacional. La iglesia, construida en 1925 y conocida por su arquitectura neogótica, ofrece un espacio amplio y solemne para los cultos y la veneración del Santísimo Cristo de la Salvación (José Granado, 1955) y Nuestra Señora de las Penas (Luis Álvarez Duarte, 1977), titulares de una cofradía que ha sabido ganarse un lugar destacado en la Semana Santa de Sevilla.

