El escultor Pedro García Velasco presenta en Moriles una nueva imagen mariana de devoción privada: la Virgen del Amor y la Esperanza, llena de ternura y fortaleza espiritual.
Una nueva advocación mariana ha visto la luz en la localidad cordobesa de Moriles, donde este fin de semana se ha presentado una imagen de la Virgen bajo el título de Amor y Esperanza, una creación nacida para el ámbito de la devoción particular y esculpida por el reconocido imaginero Pedro García Velasco.
Una imagen para el alma
La talla, concebida como Dolorosa de vestir y con una altura de 170 centímetros, ha sido elaborada en madera de cedro policromada al óleo, empleando la técnica tradicional de talla directa a partir de un modelo previo en terracota. Su autor, nacido en Puente Genil en 1974, ha sabido conjugar una vez más el naturalismo emocional que caracteriza su obra con una impronta de serenidad, ternura y fortaleza espiritual.
Pensada para presidir un oratorio doméstico, la imagen no pertenece a ninguna hermandad ni templo, sino que nace como manifestación de fe íntima y testimonio personal de amor a la Madre de Dios. Su doble advocación encierra un profundo simbolismo teológico: el Amor, como reflejo de la misericordia divina encarnada en María; y la Esperanza, como virtud cardinal que sostiene al creyente en medio de las pruebas y el dolor.
Una advocación con ecos universales
La elección del título Amor y Esperanza entronca con una espiritualidad muy presente en el sentir popular. La invocación “Madre de la Esperanza”, recientemente incorporada por el papa Francisco a las letanías del Santo Rosario, resuena con fuerza en una sociedad necesitada de consuelo, guía y aliento. Esta imagen pretende precisamente eso: ser refugio y faro para quienes la contemplen, aunque sea en el silencio de una casa, lejos aún de los altares públicos.
El sello de un maestro
Pedro García Velasco, galardonado con el Premio Nacional de Escultura Duquesa de Alba por su obra Pensador Reposado, vuelve a firmar una pieza cargada de humanidad y mística. Su trayectoria incluye obras como el Misterio del Cristo de la Conversión (Córdoba), la Virgen de la Aurora (Villanueva Mesía, Granada) o el Cristo Resucitado de Santaella. Además de escultor, es profesor de volumen en la Escuela de Arte San Telmo de Málaga, donde comparte su pasión por la forma y la materia con nuevas generaciones.
Con esta creación, Moriles se enriquece con una nueva advocación que, si bien nace en la intimidad, podría en el futuro abrirse paso en el imaginario devocional andaluz. Por ahora, la Virgen del Amor y la Esperanza ya mora en el corazón de quienes, en medio de la rutina y el silencio, buscan consuelo en su mirada serena y confiada.

