La parroquia de la Blanca Paloma, en el emblemático barrio de los Pajaritos, ha incorporado recientemente una nueva imagen mariana a su patrimonio devocional. Se trata de Nuestra Señora de los Dolores, una obra del reconocido escultor e imaginero Miguel Bejarano. Desde su bendición en junio de 2024, la imagen se encuentra ubicada a los pies del Cristo de la Misericordia, y rápidamente ha ganado un lugar especial en el corazón de los feligreses.
Una donación cargada de simbolismo
La Virgen de los Dolores fue donada generosamente por el propio autor, Miguel Bejarano, como un acto de profunda fe y devoción. La imagen, tallada con una delicadeza y expresividad propias del arte sacro sevillano, ha comenzado a suscitar una importante veneración entre los vecinos del barrio y los fieles que acuden a la parroquia.
Un templo cargado de historia y significado
La parroquia de la Blanca Paloma no es solo un lugar de culto, sino también un epicentro de la vida religiosa del barrio de los Pajaritos. Desde 2019, está presidida por el Cristo de la Misericordia, una imponente obra del imaginero Manuel Martín Nieto. Este Cristo ha sido testigo de innumerables actos de fe, incluyendo la histórica visita del Señor del Gran Poder durante su Misión Evangelizadora en 2021.
En recuerdo de aquel acontecimiento, la parroquia alberga una réplica del ‘Señor de Sevilla’, realizada en 2015 por Israel Redondo, que se ha convertido en otro de los puntos de devoción más destacados del templo.
Devociones compartidas en un espacio único
La Blanca Paloma no solo acoge al Cristo de la Misericordia y a Nuestra Señora de los Dolores. A la entrada del templo, un pequeño altar alberga una dolorosa bajo la advocación de la Salud, añadiendo aún más riqueza espiritual a este lugar de encuentro para los fieles.


